Diario de León

SUPERVIVIENTES DEL MALTRATO | MARÍA JOSÉ

«Volví a nacer, he salido a flote con la asociación»

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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María José, otro nombre ficticio de una mujer real, denunció a su marido hace cinco años después de soportar 25 de malos tratos físicos y psicológicos. La violencia comenzó después de un año de noviazgo.

Ni ella misma se explica cómo pudo soportar tanto tiempo y, sobre todo, porque encubrió al maltratador ante sus hijos. Lo que sí sabe es que «volví a nacer, he salido a flote con la asociación», recalca. Es una de las usuarias que ha pasado por el centro de día de la asociación Simone de Beauvoir.

«He asistido a cursos, a la psicóloga, terapias y agradezco que después de cinco años aún estén pendientes de mí porque se necesita mucha ayuda y mucha comprensión».

María José pide más implicación de la sociedad y recursos para atender a las víctimas. «La violencia es un cáncer que mata a las mujeres y a los hijos». Pide que no sea cosa de un día ni un lamento tras cada muerte en los medios de comunicación. «Salen las muertes y luego se olvidan».

Se siente satisfecha con la respuesta policial que tuvo el día que denunció. «Me encerré en la habitación y llamé al 016. Me preguntaron si había niños en casa, estaba el pequeño, y me dijeron que estuviera tranquila y les abriera la puerta».

El marido había salido cuando llegaron pero regresó en ese momento y fue detenido. «Como dictaron orden de alejamiento y no podía acercarse me empezó a hacer daño con lo que más me dolía: mis hijos», lamenta.

A día de hoy su hijo mayor «no quiere saber nada y en parte me siento responsable: Yo les decía, no va a pasar más, vamos a querer a papá».

El hijo pequeño también la abandonó pero al cabo de dos años «me llamó pidiendo socorro porque su padre le maltrataba y allí fui con todo mi amor», recuerda.

Perdió todo, excepto el trabajo, pero lo que más le dolió fue «renunciar a la familia que había formado». ALe daba vergüenza admitir que había sido víctima de malos tratos. A su familia no se lo contó hasta después de divorciarse.

«Por el camino se va quedando gente que no lo entiende porque dicen que él es un ser maravilloso —en la calle da otra cara— y poco a poco te vas quedando sola», añade. Con el tiempo, «aparece gente nueva y a día de hoy tengo una pareja maravillosa, es mi alegría».

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