Un millar de leoneses exige por tercera vez acabar la obra de Feve

álvaro caballero | león

El desbroce, después de 18 meses de paralización sin explicaciones, no frenó ayer al millar de personas que salió a la calle por tercera vez para «dar un puñetazo en la mesa» con el que exigir al Gobierno que «cumpla con la integración de Feve prometida». «Si no la piensan hacer, que sean legales y lo digan. Y si lo van a hacer que pongan una fecha y la cumplan», recalcó la presidenta de la federación de asociaciones vecinales Los Aluches, Ángeles González Espadas, promotora de la convocatoria.

Al grito se unieron casi una veintena de juntas vecinales y ayuntamientos de la ribera del Torío y la montaña oriental por los que discurre la vía estrecha como «única conexión con la ciudad, que es donde están ubicados los servicios», citó González. La representación dio cita a todos los partidos políticos, incluido el PP, que libró el trago con la presencia de la alcaldesa de La Vecilla, Manuela García, como portavoz de los pueblos del Curueño, y la presencia de otros versos sueltos como el regidor de Valdepiélago, Julio González, o el portavoz de la formación en Boñar, Amable Pascual, pero ninguno de los concejales de la capital. «Desde mi persona y la Diputación estamos dando totalmente el apoyo a esta iniciativa», afinó la diputada, sin aclarar si el respaldo suponía de manera implícita la crítica a la ministra Ana Pastor.

No escatimó el ataque el alcalde Cistierna. El socialista Nicanor Sen, que estuvo acompañado por otros regidores de su partido como el de La Ercina o Boñar, ediles de la capital y los candidatos al Congreso y el Senado, insistió en que «no existe justificación», ya que «con el cierre de la línea va la despoblación de nuestros pueblos». «No aguantamos más mentiras. Nuestra provincia necesita que alguien mire por ella», citó el portavoz de la montaña oriental, quien resumió que «es un solo tren pero son muchas vidas».

El cierre lo puso el procurador leonesista Luis Mariano Santos, quien acusó a la Junta de actuar como «mamporreros» por «mantenerse al margen» y no reivindicar al Gobierno «para que esta línea acabe con su larga integración y realmente responda a las expectativas sociales». «Va ser el primer ferrocarril en quedarse sin trenes, sin trabajadores, sin maquinistas y, al final, sin viajeros», sentenció.

Los populares Manuela García y Amable Pascual; a su lado, el alcalde de Valdepiélago, Julio González. FERNANDO OTERO