León adjudica el plan estratégico a la auditora que fijó los recortes y despidos

álvaro caballero | león

Como sucedió en la última gran estrategia de gestión, que sirvió en 2011 para auditar los 437,2 millones de deuda y definir los recortes de servicios, subidas de impuestos y tasas y marcar casi un millar de despidos, el Ayuntamiento de León vuelve a confiar en Deloitte. La empresa consultora definirá esta vez el Plan estratégico de ciudad para que identifique «las líneas de actuación y los proyectos más relevantes que permitan el desarrollo económico y social de la ciudad de León, con un horizonte temporal de 2018 a 2027». El encargo, que proviene de una iniciativa impulsada por el grupo municipal de Ciudadanos, le reportará a la empresa 100.883,75 euros, de acuerdo a la propuesta de adjudicación del contrato, que se suman a los cerca de 130.000 euros que ya se embolsó por el anterior trabajo de asesoría.

Deloitte, que competía junto a Pricewaterhouse, Ernst & Young y la UTE formada por Proyecta-Equ, tendrá deberá elaborar un documento de «carácter flexible y eminentemente práctico, orientado a la identificación de las líneas estratégicas de actuación, que permitan desarrollar acciones en concreto encaminadas a mejorar el desarrollo y crecimiento económico del municipio de León y a la mejora del bienestar de sus vecinos», según se recoge en los pliegos del concurso. El plan se marcará como «referencia, entre otras, la actual Estrategia Europea 2020, que apuesta por un crecimiento inteligente, sostenible e integrador». El documento tendrá que resolver la apuesta de seis grandes ejes: «gobierno, respecto a transparencia, servicios públicos, participación, modernidad; movilidad, para señalar la accesibilidad local, accesibilidad nacional e internacional, infraestructuras; logística y sistemas de transporte; medio ambiente y energía, para conocer cómo se encara la protección del medio ambiente, fuentes de energía y sostenibilidad; ciudadanía, para encarar el nivel de cualificación, aprendizaje permanente, diversidad, participación, consumo; economía, donde tiene que marcarse qué hacer para la innovación, emprendimiento, sectores económicos, mercado de trabajo, productividad y suelo industrial; y calidad de vida, para reseñar la apuesta por cultura, salud, seguridad, vivienda, educación, turismo, cohesión, social, deporte, igualdad, juventud».

El plan, que se entregará en un plazo de 7 meses, deberá contar con «una primera propuesta de líneas estratégicas». Estas «acciones, viables y perfectamente definidas, serán proyectos concretos para llevar a cabo los objetivos propuestos». «Es importante la identificación de los agentes responsables y del coste que supone», se señala en las condiciones del encargo, en las que se insiste en que «en la definición de la acción deberá especificarse también la financiación de la misma, ya sea pública, privada o fruto de la colaboración público-privada, así como fuentes de financiación accesibles para la misma».

Para llegar a estas metas, el documento contendrá un análisis interno, en el que se estudien «los factores de cambio y las tendencias emergentes con influencia en la ciudad», para poder «determinar las amenazas y oportunidades», reseña el pliego. El trabajo recogerá también un «análisis interno» en el que se valore el municipio «con relación a los criterios de competitividad, habitabilidad, gobernabilidad».