Diario de León

LEÓN ■ INFRAESTRUCTURAS

Las grietas de la LE-30 extienden la ruta del deterioro por la red principal de León

El desgaste mella el pavimento de la Ronda Sur, afectada en más de la mitad de su trazado por daños severos.

Los daños sobre el pavimento en la Ronda Sur se expanden hacia la segunda fase de la estructura, con el firme agrietado. MARCIANO PÉREZ

Los daños sobre el pavimento en la Ronda Sur se expanden hacia la segunda fase de la estructura, con el firme agrietado. MARCIANO PÉREZ

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L. URDIALES | LEÓN
León

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El deterioro que acomete a la red principal de carreteras de León arrecia sobre la LE-30; la circunvalación sur de la ciudad, clave para los enlaces con las arterias de alta capacidad que circundan la capital, presenta graves deficiencias en el pavimento, que se extienden por la mitad de su trazado. Las deficiencias, por el firme inestable, que caracterizan el trazado de los primeros tres kilómetros que se pusieron en servicio en la traza, se apoderan ya de la segunda fase de la ronda sur, acometida por el pavimento descarnado entre sus puntos kilométricos 4 y 5, y un desgaste irrefrenable en el tramo de tres kilómetros anteriores al enlace con el intercambiador de La Virgen del Camino, en el nudo de enlace a las autovía A-66, la carretera N-120 y la autopista de peaje AP-71.

Los desperfectos comparten características comunes, en forma de planchas de asfalto despojadas por completo de la capa de rodadura, que absorben el tránsito entre el estruendo de una superficie despellejada, peligro incuestionable para la integridad física de los usuarios y causa de desperfectos en el vehículo.

La irregularidad del piso ya es un dominio constante en la Roda Sur, acelerado especialmente en el tramo que comprende la segunda fase de la vía, que no está exenta de parcheos, a pesar de un vida muchos más reducida que el primer tramo de la circunvalación. Las grietas del asfalto ya obligaron a una intervención urgente en el año 2011, que supuso la reconstrucción de centenares de metros de pavimento en el kilómetro cinco de la ronda. Contiguo a ese parche se localiza ahora una de las afecciones de más calado de las que afectan al vial, con una superficie que presenta innumerables paralelismos con los daños que acucian en la última época a la cercana León-Benavente.

Más de veinte mil conductores se topan al día con una cadena de daños de los que fue exponente el escalón central que floreció el pasado verano sobre las viejas cicatrices de la LE-30. Fue la última intervención urgente que se aplicó sobre esta estructura plagada de imperfecciones, que acumula una decena de reparaciones severas desde que se levantó y se puso en servicio con el comienzo de siglo. Los salpullidos que se creían parte del pasado están a flor de piel en la Ronda Sur, para riesgo y precaución de los usuarios que tienen en esta vía la mejor forma de conexión con todas las direcciones que confluyen hasta la capital leonesa.

Se reproducen los males endémicos de la circunvalación, que tiene en la primera fase una zona cero en medio de su kilómetro tres; en ese tramo de entrepuentes, pasos elevados que apuntalan terraplenes y rellenos de zahorra; los daños fluyen con el avance del vial, ahora patentes en pleno tramo de la segunda fase, que se anunció inasequible a los destrozos. No fue así.

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