Diario de León

UN HITO EN EL CAMINO

Están locos estos romanos

El ministro llegó, inauguró, dio el discurso y se fue sin atender preguntas ni reivindicaciones como la puesta en valor de los restos de Lancia.

Ábalos, con los socialistas leoneses. JESÚS F. SALVADORES

Ábalos, con los socialistas leoneses. JESÚS F. SALVADORES

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León

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Estamos en el año 2018 después de Jesucristo. Toda Hispania está ocupada por los descendientes de los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles astures resiste todavía y siempre al invasor. Resiste, a pesar de que los restos de esta ciudad, la más importante del pueblo que retó al Imperio, perezcan sepultados a los pies de la autovía que la utilizó como campo de batalla. Más de 2.000 años después de que el general romano Casio la sometiera sin destruirla para que «sin quemar fuese mejor monumento a la victoria romana», el autobús de las autoridades cruza los tres viaductos desde el que no se ve nada del yacimiento. La intemperie ha hecho más daño a Lancia que las obras que se estrenan casi 10 años después de que comenzaran, 21 años más tarde de que se concibieran. Nadie hace mención al plan de puesta en valor, salvo Ángel Agustín Llamazares, antiguo profesor del IES Lancia, quien vestido como un general de la Legión reclama «a título particular» que se enseñen los restos. «Como tiene mucha prisa el ministro, se lo diré en la fiesta del 28 en La Ercina, que soy socialista», porfía.

No puede acercarse la tarde elegida para que Ábalos recorra en autobús los 10 primeros kilómetros, se baje para dar un paseo distraído hasta el hito como si no supiera que hay cámaras y se cobije bajo la carpa preparada al efecto. «Soy el último en llegar y tengo el privilegio de estar aquí», concede el titular de Fomento en el estreno del nuevo Gobierno socialista en León, como se resuelve a primera vista por la nómina de meritorios, concejales, cargos públicos y orgánicos del PSOE que meten el codo para acercarse al ministro.

Se nota que todos los huevos ya no están en la misma cesta cuando abre los discursos el consejero de Fomento. Juan Carlos Suárez-Quiñones hace un repaso pormenorizado de las reivindicaciones de toda la comunidad e, incluso, desliza que algunos «no salen mucho en los medios», caso de la A-76 Ponferrada-Orense, como si él hubiera estado en los últimos 7 años de Erasmus en Groelandia, en lugar de apegado al Gobierno del PP. No le importa mucho a Ábalos, que se rodea de su séquito mientras camina hacia al coche para irse a tomar unos vinos por el casco histórico, como en los banquetes de los finales de Astérix y Obélix, sin atender a los líos de los proyectos reivindicaciones pendientes convencido de que están locos estos romanos.

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