Cuatro comunidades
Los militares con más misiones de España
El medio millar de soldados del batallón leonés de la UME copan casi la mitad de las intervenciones que realiza la unidad al completo en todo el país. Los incendios integran el 89% de sus salidas.
Jesús F. Salvadores
A. Calvo | Ferral del Bernesga
«Somos soldados», remarcan desde el Biem V, el batallón de la Unidad Militar de Emergencias con sede en Conde de Gazola. Soldados que a las 7.30 horas de un día normal, forman perfectamente en la plaza para dar comienzo a los ejercicios y dedicar toda la mañana, hasta las 14.30 horas con el horario estival, a los entrenamientos específicos de cada una de las unidades. Las intensas lluvias que han caído a principios de verano han retrasado los incendios estivales, una de las principales actuaciones de este batallón integrado por medio millar de militares que tienen asignados los territorios de Galicia, Asturias, Cantabria y toda Castilla y León. Un amplio territorio que concentra las dos comunidades autónomas con más fuegos forestales: la propia Castilla y León y Galicia, donde ya, como todos los veranos, hay un destacamento del Biem V en Figueirido, preparado ante cualquier posible intervención y para realizar las primeras acciones a la espera de que llegue el operativo desde León.
El amplio territorio de acción del batallón leonés y sus condiciones, han provocado que en el balance de los últimos diez años, las intervenciones realizadas por el Biem V sumen casi lo mismo que las realizadas por los cuatro batallones restantes que integran la UME a nivel nacional. Es decir, de las 430 intervenciones, los soldados que operan desde León copan el 46%, rozando las 200, de las que 176 corresponden a incendios forestales. Este porcentaje ha conseguido que el batallón leonés sea «el más experimentado», como explica el comandante Javier Trevín, que indica que cada una de las salidas de sus hombres tiene una duración media de tres días y que, ante el constate nivel de actividad del batallón, sus integrantes «siempre están atentos, porque la probabilidad de que te llamen es mayor que en cualquier otro batallón».
«La retención es elevada, el 70% del personal lleva más de cinco años en la unidad e incluso hay gente desde que se creó», matiza Trevín, para añadir que la media de edad del Biem V está en 36 años, «en plena madurez operativa y con experiencia acumulada». Gran parte de ellos son leoneses, a los que se añaden asturianos, gallegos y cántabros. Al medio millar de soldados se suman otros cinco integrantes muy especiales, los cinco perros de la unidad cinológica y cerca de dos centenares de vehículos, gran parte de ellos multiusos y transformables para las diferentes intervenciones, desde apagar incendios a inundaciones o rescates en la montaña.
Los militares del Biem V están estructurados en cuatro compañías y estas a su vez en secciones, que se organizan para ser lo más operativos posibles, de tal modo que el primer elemento de intervención esté preparado pasar salir en quince minutos desde que reciben el aviso y el resto se van incorporando para llegar en dos horas y media, y tres el resto, en función también de la distancia de la emergencia. En el menor tiempo posible, 120 hombres están prestos en un tiempo récord para dar su apoyo e intervenir.
Búsqueda y rescate urbano, rescate especializado en grandes nevadas, rescate subacuático, rescate acuático en superficie, rescate vertical, espeleosocorro y pelotón canino son las siete especializaciones del Biem V. La UME está trabajando en los certificados de validación para poder actuar bajo el paraguas de la ONU —protocolos para que todos los integrantes de los diferentes países puedan trabajar coordinados y de forma operativa— aunque ya trabaja para el mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea de forma voluntaria. Así, este año, el equipo de rescate urbano estará en octubre preparado para asistir a las emergencias que reclame Bruselas (este año también lo estuvo en mayo), mientras que la sección de espeleosocorro está disponible este mes, octubre y diciembre y el grupo de esquiadores estarán operativos también para el último mes del año, aunque ya lo han estado en enero y febrero para acudir a cualquier intervención, en cualquier parte del mundo, como ya ha pasado en los terremotos de México, Haití y Ecuador.
Su disponibilidad constante, los 365 días del año, para cualquier emergencia, obliga a estos militares a realizar, además de sus actividades castrenses, formación específica para mantener su nivel de operatividad al máximo nivel. En la Base Conde de Gazola cuentan con casi todos los espacios precisos para ejercitar sus especialidades, desde incendios al rescate de vehículos que se han quedado atascados o rescates urbanos entre escombros en los que participan los perros, con dos especialidades, para detectar personas vivas y para cadáveres. Para el resto de sus entrenamientos, cuentan con todas las posibilidades que ofrece la provincia: los ríos y pantanos para el entrenamiento de rescates acuáticos, la Cordillera Cantábrica con sus cuevas o las zonas nevadas y las estaciones de esquí para el grupo de esquiadores.
Cada año, en la convocatoria de vacantes, una media de entre 17 y 20 soldados aspiran por cada una de las plazas que se convocan para el batallón leonés, uno de los más demandados por su nivel de actividad.
