León necesita 13.400 empleos para recuperarse de la crisis mundial de 2008
Más de 12.000 jóvenes se han ido fuera en una década en busca de oportunidades laborales, ante un 17,3% de paro, planes de ajuste, recortes y un 6,4% menos de empresas.
P. INFIESTA | LEÓN
La imagen de decenas de empleados enfundados en sus trajes abandonando la sede del banco Lehman Brothers en Nueva York con sus pertenencias en cajas dio la vuelta al mundo en 2008. La quiebra del gigante financiero incendió los mercados y aceleró la crisis mundial, la más grave desde el crack de 1929, que llegó a León como una tormenta para los bancos, empresas y familias.
De hecho el tsunami económico, que comenzó con la amenaza de las hipotecas de alto riesgo, secó el pujante sector inmobiliario. Es más, el Gobierno creó un ‘banco malo’ al que se traspasaron más de 400 inmuebles y préstamos a los promotores valorados a precio de saldo en 3.082 millones de euros. El sector despega con 6.100 transacciones, que aún representan la mjitad de las de hace una década. El ciclón, que desanimó el consumo, se llevó por delante a 2.625 empresas de todo tipo en la provincia. Según los datos de España Duero, funcionan 31.387 compañías, un 6,4% menos que antes de la crisis, que aportan a la autonomía un 19,5% del total, donde operan 161.119.
La persistencia de la crisis económica ha propiciado, además, un redimensionamiento del tejido productivo. Los servicios, que en 2008 representaban el 47,3% de las empresas, han incrementado su peso en 5,6 puntos, el resto de sectores pierden representatividad, según ese informe.
Pero la pesadilla económica afectó al corazón mismo de la provincia al traer una lluvia de paro del 17,28% (dos puntos más); reducir sueldos y elevar la temporalidad del empleo. Con esos mimbres, 12.000 jóvenes de 16 a 25 años tuvieron que abandonar León por falta de oportunidades en la década maldita, según CC.OO. La población activa se redujo un 47% y ello constituye, a juicio del sindicato, «un drama, porque era la población que iba a renovar el mercado y que ya ni siquiera figura en las oficinas de desempleo». Sólo uno de cada cuatro jóvenes trabaja.
Además, la provincia leonesa debe crear 13.400 empleos para recuperar los ocupados perdidos, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Equivalen al 7% de los que poseía en 2008. La industria y los servicios ya han sobrepasado este listón, pero el lastre de la construcción y la agricultura impiden lograr los ocupados del inicio de la crisis.
La recuperación se ha alcanzado en el PIB autonómico, pero el empleo dista aún de superar el techo anterior a la crisis. Ninguna provincia de la comunidad dispone hoy de igual número o más ocupados que hace diez años. La autonomía debería crear 86.700 puestos de trabajo netos para sobrepasar el volumen de ocupados de 2008, cuando el trabajo beneficiaba a 1.072.000 personas. Con ese panorama, el 20% de los futuros universitarios ya sólo se plantea buscar un empleo no sólo fuera de León, sino de España, según la Consultora Círculo de Formación. Las mejores mentes deben buscarse un futuro fuera de la provincia, con un sector minero, que llegó a dar 5.000 empleos, en vías de desaparición.
La crisis arrastró algunos de los grandes proyectos del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, como la autovía León-Valladolid, que tras un parón ha logrado relanzarse. Peor suerte corrió la rehabilitación del Teatro Emperador, mientras la reforma del Parador de San Marcos se demoró a este año y la construcción de un nuevo parador en Villablino duerme aún el sueño de los justos.
Si hay dos gremios donde la crisis ha hecho mella son Educación y Sanidad, con 360 puestos perdidos en Secundaria, a costa del aumento de horas del profesorado. Cada maestro ha pasado de atender a 160 alumnos por semana a 200, según Stele. En la Universidad, la Junta ha reducido su aportación un 8%, cifra que se eleva hasta un 41% en investigación. Además, la edad media del profesorado es de 49 años y por debajo de 35 años tan sólo se sitúa el 7% de la plantilla. En Sanidad, los interinos suman 1.789 personas. En atención primaria, la inestabilidad alcanza el 37%. Todo ello ha derivado en atascos en urgencias y el trasvase de enfermos a la sanidad privada.