Destapan una red nacional de introducción de hachís destinada a presos de Villahierro

Un recluso berciano del Centro Penitenciario Provincial de Villahierro, que responde a los apellidos V. F. fue detenido por agentes de la Guardia Civil como responsable de una red nacional que operaba en las provincias de León, Ceuta, La Coruña, Asturias, Vizcaya, Cádiz, Cantabria, Córdoba, Guipúzcoa, Madrid, Ourense, Palencia, Tarragona, Valladolid y Zamora para la introducción de hachís en la cárcel ubicada en Mansilla de las Mulas. Los agentes de la Benemérita procedieron al arresto de otras nueve personas más y han determinado la condición de investigadas de otras 24 personas más, a las que se considera integrantes de una organización criminal.

La investigación, iniciada por el equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ponferrada fue dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de la capital del Bierzo, por cuanto los primeros indicios de la actividad se detectaron en visitas concertadas en la penitenciaría con personas vinculadas a la comarca berciana. A la intervención se le dio así el nombre de ‘Operación Naraya’, Gracias a la estrecha colaboración que se mantiene con la dirección y personal funcionario del Centro Penitenciario de León, el pasado mes de septiembre, cuando se tuvo conocimiento de la llegada de varios paquetes, dirigidos a internos del centro penitenciario, en los que se ocultaba el hachís, según explicó la Comandancia de la Guardia Civil en una nota de prensa.

Fruto de las labores de investigación, se pudo determinar como un interno de dicho centro, había sido capaz de constituir un complejo entramado criminal, dedicado a la adquisición, ocultación e introducción de hachís.

ANTIGUOS RECLUSOS

Así, el líder de la organización se servía de reclusos y antiguos reclusos para la adquisición e introducción de la droga en la citada prisión. Para ello, utilizaban un sofisticado método de ocultación en el interior de las suelas de zapatillas de deporte.

La operación fue explotada con motivo del envío de un paquete desde Ceuta que contenía seis zapatillas de deporte en las que se ocultaban once bellotas de hachís y un teléfono móvil. Durante las dos fases en las que se dividió esta actuación, se practicaron dos entradas y registros en las provincias de León y Ceuta, donde se intervinieron 293 teléfonos de alta gama en sus cajas precintadas (dispuestos para su reparto entre los componentes de la organización), 377,20 gramos de hachís, un teléfono móvil de muy pequeñas dimensiones, 47.000 dirhams marroquíes y 90 euros en efectivo, así como abundante documentación relativa a los envíos postales.

En septiembre del año recién finalizado ya se produjo la detención de una mujer asturiana, natural de la localidad de San Martín del Rey Aurelio, que utilizando el mismo procedimiento, trató de introducir unas bellotas de hachís en la prisión pero fue descubierta por los servicios de seguridad. La Guardia Civil practicó las diligencias adecuadas y posteriormente llevó a cabo las actuaciones que se consideraron de rigor, aunque el trabajo se estaba realizando ya de forma coordinada con el resto de los efectivos de la Benemérita que se dedicaban a este asunto.

En diciembre se tuvo constancia de que un varón de 33 años con procedencia berciana había sido detenido al tratar de introducir 19 bellotas de hachís en la penitenciaría de León. Se siguió con él los procedimientos habituales para estos casos. El material que se incautó tenía un peso de 200 gramos.

La profesionalización de la organización se demuestra con la utilización de microteléfonos ocultos en zapatillas, una práctica que a tenor de la opinión de los especialistas, demuestra que se trataba de un grupo con especialización, a pesar de que cometieron importantes errores de bulto en su modus operandi que permitieron a los investigadores destapar la realidad de la trama.