Diario de León

Los restos de la cripta de Menéndez Pidal

La UPL exige a la Junta que investigue qué ocurrió con el muerto de la Catedral

Registra varias preguntas en las Cortes con el fin de esclarecer por qué se ocultó la aparición de un cuerpo en la cripta de Luis menéndez Pidal en 1990

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CRISTINA FANJUL/DIARIO DE LEÓN
León

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El procurador leonesista Luis Mariano Santos exige a la Junta que abra una investigación que clarifique qué ocurrió con el cuerpo que apareció en la cripta de Menéndez Pidal en 1990. Santos tiene la intención de esclarecer quién financió las obras de la excavación en la cripta, quién era el arqueólogo encargado de la dirección y seguimiento de la misma, dónde se encuentra el informe o memoria redactado por el profesional encargado y dónde terminaron los vestigios humanos. "La sociedad leonesa debe saber qué ocurrió con ese ciudadano, cuáles fueron las circunstancias que le hicieron llegar allí, o por lo menos por qué se ocultó su aparición", exige el procurador de la UPL. Luis Marino Santos advierte de que su partido tiene la intención de esclarecer un tema "cuyo ocultismo permite que se especule con una situación que no parece la más transparente". Por ello, exige a la Junta de Castilla y León que las respuestas y las soluciones no se demoren más. "Máxime cuando en palabras del arqueólogo se hallaron restos humanos esqueletizados sin ningún tipo de trascendencia o interés arqueológico debido al contexto de su aparición”. Esta frase confirma la existencia del muerto y su ocultación".

La Junta ha tratado de pasar de puntillas de una noticia cuya gravedad no puede solaparse a pesar de los casi treinta años transcurridos desde la aparición del cuerpo. El hallazgo se produjo en 1990. El mes no puede concretarse puesto que la premura por finiquitar la excavación arqueológica que provocó la localización del muerto hizo que cerrara en falso y ni siquiera consta el preceptivo informe que el arqueólogo siempre tiene la obligación de enviar a la Junta. Los vestigios humanos aparecieron enterrados bajo basura arqueológica. Su disposición llamó la atención de todos los que lo vieron. Fernando Miguel, director de las catas, recuerda que parecía que había sido colocado allí con intención de ocultarlo. Bajo platos de Duralex y colillas de Ideales (tabaco común en los años sesenta) emergió el cuerpo esqueletizado de un hombre que debió de ser corpulento en vida. Las prisas por cerrar el lugar hicieron que no se llamara a un juez para que levantara el cadáver ni a un médico forense. Además, se desconoce qué pasó con el cadáver, dónde se inhumó, puesto que el responsable de Patrimonio del Cabildo, Máximo Gómez Rascón asegura que nunca lo vio.

Fernando Miguel sostiene que el cuerpo no era medieval y mucho menos, romano. Defiende que la disposición en la que fue encontrado revela que debió ser colocado allí cuando Luis Menéndez Pidal abrió la cripta en 1960 con el fin de instalar una caldera parta el templo. Considera por esa razón que pudo tratarse de un accidente de obra que fue ocultado o de una muerte violenta...

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