Diario de León

CIRUS ANDREU | Presidente ejecutivo de Sabadell Asset Management

«Todos los riesgos están descontados, quedan sorpresas de signo positivo»

Cirus Andreu advierte sobre cómo se forma la opinión política de los votantes, y la incidencia que tiene en el crecimiento de populismos que proponen soluciones económicas difícilmente sostenibles. MARCIANO PÉREZ

Cirus Andreu advierte sobre cómo se forma la opinión política de los votantes, y la incidencia que tiene en el crecimiento de populismos que proponen soluciones económicas difícilmente sostenibles. MARCIANO PÉREZ

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El último trimestre de 2018 sumó para inversores y mercados todos los riesgos que estaban en el horizonte, y provocó una caída en vertical de los resultados sólo similar a la producida en 1929. Sin embargo el ciclo económico sigue en «una fase buena», de hecho en los primeros compases de 2019 se está viviendo el ‘efecto péndulo’. La economía española, con previsiones corregidas, sigue en positivo. Los riesgos políticos están ahí, pero junto con las guerras comerciales están ya descontados. Así que «sólo hay posibilidad de tener sorpresas positivas. Después de este formidable ajuste, claro». Lo asegura Cirus Andreu, presidente ejecutivo de Sabadell Asset Management.

—En 2018 la mayoría de los fondos de inversión registraron resultados negativos, los intereses siguen estando en mínimos, se habla de recesión,... Un ambiente un poco opresivo para el ahorrador.

—Comparto el ambiente, pero no el mal diagnóstico. Efectivamente, 2018 era un año en el que teníamos identificados varios riesgos, tanto geopolíticos como de final de ciclo. Y todos ellos se han materializado. Aún así, estamos en expansión económica, ha mejorado el empleo, la producción y la renta. Los datos indican que avanzamos. Es cierto que en los últimos tres meses del año se produjo un cambio de expectativas, y llueve sobre mojado porque la gente está cansada, aún nos acordamos de la doble recesión. Lo que se ha producido es pasar de unas perspectivas muy alineadas en el crecimiento a otras más templadas. Pero no esperamos un cambio de ciclo, sino mantenernos en una fase positiva, que permite crear empleo, que la renta de las familias suba, que se desendeuden,... Tiempos de mayor prosperidad.

—Pero el fin de año ha sido duro para los mercados.

—Porque se mueven con expectativas, y al templarse hemos tenido una corrección muy abrupta. De hecho hemos tenido una caída bursátil inaudita, tanto como que no hay una parecida desde 1929. Los analistas hablan de caída vertical, el ajuste ha sido muy intenso. Todo ha bajado a la vez, y eso es muy excepcional.

—Y ¿cómo está evolucionando en el inicio de año?

—Llega el efecto péndulo, estamos recuperando buena parte de lo perdido. Las valoraciones se han ajustado muchísimo, y en términos de crecimiento las previsiones se han ajustado a la baja muy severamente. Aún así, para España se prevén niveles de crecimiento del PIB por encima del 2%. El servicio de estudios de Sabadell comparte este pronóstico, y en la gestora de fondos estamos posicionados en términos de inversión para un entorno en el que todo es más moderado y no hay grandes alegrías a la vista; pero seguimos esperando rentabilidades positivas en los activos de inversión. Gran parte de los riesgos han sido descontados, y eso deja espacio para obtener rentabilidades positivas.

—En este escenario, ¿qué riesgo supone para los inversores la inestabilidad de la situación política española?

—La situación política no era un habitual en nuestros análisis de mercados, pero en los últimos años ha tomado una posición muy principal. Antes preocupaba la creación del mercado único, la unidad bancaria, la política agraria común,.. Ahora el modelo de crecimiento cooperativo común se pone en cuestión, porque la administración norteamericana ha optado por un modelo mercantilista. La guerra comercial con Estados Unidos es el primer riesgo político que tenemos. La administración Trump tiene un tono negociador arisco, pero objetivos muy prácticos.

—Antes de pasar a otros asuntos internacionales, ¿cómo analiza el riesgo político nacional?

—Es el problema de los populismos en general, con sus distintas manifestaciones en Europa. Y cómo se forma la opinión política de los votantes, a menudo basada en las ‘fake news’. La fragmentación de las mayorías que daban apoyo a los gobiernos es el segundo riesgo que tenemos; y se manifiesta en las políticas de gasto y deuda. Hay países con niveles de deuda y déficit controlados y otros donde cuesta asumir esa disciplina, España e Italia son buen ejemplo. También hay ejemplos cercanos, como Portugal, que han logrado cambiar las condiciones estructurales de su economía para crecer. Los populismos no ayudan a eso, porque proponen soluciones que no parecen sostenibles.

—¿Qué salida le ve al Brexit, y cómo va a afectar?

—Cómo va a acabar el Brexit no lo saben ni los británicos, pero sólo depende de ellos. Pero pueden pagar un alto precio en términos de crecimiento y prosperidad. Parece que el referéndum del voto a favor de la salida de la UE se formó sobre información falsa, es un buen caso de la nueva política. Incluso ministros en el gobierno utilizaron sin remilgo afirmaciones que sabían que eran falsas para conseguir el voto.

—¿Cómo va a afectar todo esto a los ahorradores y los rendimientos?

—El balance de las familias está saneándose, no tanto porque tengan más capacidad de ahorro, que no es el caso, sino porque dedican esa capacidad a desendeudarse. Eso hace que sus condiciones financieras sean menos vulnerables. También las prioridades de consumo son otras, incluidas las destinadas a la jubilación. Está claro que el sistema de pensiones públicas no es sostenible.

—La banca lleva años reclamando el fin de los estímulos del BCE, pero siempre se retrasan .

—Para quienes es malo que los intereses estén bajo cero es para los ahorradores, porque les están expropiando el rendimiento de su ahorro, y se transfiere a los deudores. En economía las cosas funcionan cuando se asignan recursos a los mejores proyectos, y eso ahora no siempre ocurre.

—¿Para cuándo prevén este cambio de política?

—Se cree que estos estímulos permiten suavizar los ciclos recesivos y mejorar los expansivos, pero tendría que utilizarse con muchísima moderación, porque es adictiva. Retirarlos está resultando complicado. Y con una economía débil todas las expectativas se vienen abajo, que es lo que ha pasado a final de año. Ahora hay una fuerte presión por el interés electoral a corto plazo para mantener las políticas expansivas.

—¿Qué cambios considera necesarios para mantener esta fase de crecimiento?

—La mayor parte de los riesgos ya se han materializado, las aguas han subido hasta donde podían y ahora han bajado. Pero los riesgos están ahí. Es verdad que se han descontado de las expectativas, así que lo que podemos es tener sorpresas positivas, después de este formidable ajuste.

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