Entre las víctimas, el padre y un abuelo de la imputada

La primera constancia que existe en la Guardia Civil data del 29 de octubre de 2018, cuando la sospechosa solicitó su abuelo 3.800 euros para pagar una multa de Hacienda. Su propio padre también resultó hospitalizado a causa de un episodio de mareos y vértigos de procedencia desconocida en una etapa muy cercana al ingreso de su abuelo. Sin embargo, ambos han optado por no emprender acciones legales y se acogieron al derecho a no declarar en contra de su hija.

Diez personas, todas ellas relacionadas con el entorno más cercano a la acusada de utilizar la burundanga forman parte del grupo de denunciantes o querellantes que obra en la instrucción. El modus operandi era similar en todos los casos: la acusada concertaba una cita con la víctima, durante ese tiempo les invitaba a una consumición, que siempre sabía rara y luego perdían la consciencia.