Diario de León

Bumbury en estado puro: rock bastardo y vanguardia

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Bardón Turuelo Redacción - LEÓN.
León

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Un Bunbury más desnudo que nunca reunió anoche a cientos de leoneses en la Plaza Mayor. El cantante aragonés presentó Flamingos, su tercer disco en solitario, cinco años después de abandonar la mítica banda Héroes del Silencio. En la gira que empezó el 19 de abril tras su regreso de México la propuesta es no quedarse quieto en un compromiso personal con la búsqueda y la imaginación. Canciones como Lady Blue, primer single de su último trabajo, y temas de Pequeño y Radical sonora hicieron las delicias de sus seguidores que no se cansaron de corear los temas más conocidas del polifacético cantante. Siempre alejado del disco más cómodo, evitó anoche el concierto más fácil y convirtió la Plaza Mayor en su bombonera particular en la que mezcló creatividad, inquietud y curiosidad con una propuesta nueva y sugerente. Las drogas, las mujeres y el mundo artístico constituyeron el eje central de la trama que Bunbury presentó en León. Flamingos, su tercer LP, es un auténtico ejercicio autobiográfico en el que se mezcla todo tipo de música: rock, rancheras, música electrónica, vals, reagge, tango, jazz... El artísta zaragozano busca la perversión de los estilos tradicionales en un camino hacia la indefinición musical. Flamingos es parada y fonda, rock bastardo que presenta a un Enrique Bunbury sólo interesado en la tradición y la vanguardia. Después de convertirse en uno de los cantantes con más tirón en España de la mano de los Héroes del Silencio, abandonó el grupo aragonés cansado de repetirse a si mismo. Su primer disco en solitario, Radical sonora, supuso una ruptura sorprendente con su anterior discografía: del rock urbano pasó a la mezcla de música electrónica con ritmos árabes. Su segundo trabajo individual, Pequeño, le llevó de nuevo a los puetos más altos de las listas de ventas y su gira, Pequeño Cabaret Ambulante, se convirtió en un éxito de público. Ahora, con Flamingos, da una vuelta más de tuerca: más combativo, más ecléctico y menos convencional. No sacia pero refresca.

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