Diario de León

ZAPATERO, SEGUNDO ANIVERSARIO

«Presidente, presidente...»

Apareció tras la hora del Ángelus, en una plaza azotada por un sol de 40 grados donde le esperaban 2.000 fieles. Con más garra que en otras mítines, Zapatero supo explotar su reciente éxito dialéctico en el debate d

Dos asistentes se protegen de la fuerza del sol con un paraguas

Dos asistentes se protegen de la fuerza del sol con un paraguas

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P. Infiesta/V. Malagón Redacción - LEÓN.
León

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«Sí, claro que me ha gustado su discurso, por lo menos sabe hablar y se ríe, no como Aznar». Así resumía ayer el mitin socialista uno de los 2.000 incondicionales que se congregaron en la plaza de San Marcelo para escuchar, ver y sentir a su líder político, José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario general del PSOE, que cumplía dos años al frente del partido, fue arropado con pancartas de «Zapatero, presidente» y banderines de color rojo en su visita a León. Su entrada a la plaza, a las doce y cinco de la tarde, desató pasiones, y decenas de simpatizantes se abalanzaron sobre él para tocarle, besarle y abrazarle mientras el himno electoral del PSOE acompañaba a todo volúmen el momento épico. No perdió la sonrisa y, liberado de tantas manos, elevó las suyas, cas al comienzo, para saludar a la plaza. Con un polo de color rojo caldera y pantalones azules de pinza, comenzó su intervención soplando las velas contra el Gobierno «autoritario» de José María Aznar y prometiendo hacer valer las aspiraciones y los sentimientos de los ciudadanos. «En León he aprendido a escuchar y a ser paciente. Nadie dudará que he sido paciente con Aznar», gritó. También reconoció el aguante del público, bajo un sol de justicia que elevó los termómetros a 40 grados. El calor sólo provocó un desmayo, el de una niña que se sintió mareada y fue socorrida por Charo Velasco antes de que llegaran los servicios de urgencias. No se produjeron más indisposiciones, porque, según bromearon los socialistas, «el efecto Zapatero hace resistir». El mitin-celebración, que se desarrolló sin otros incidentes, fue fruto de mucho trabajo previo. Los organizadores tuvieron la mala suerte de comenzar a montar el escenario el sábado, a las cinco de la tarde, justo cuando comenzó a llover. Temieron lo peor, pero su pesadilla no se hizo realidad, un sol radiante sustituyó al aguacero. Pepe Jiménez, que ha perdido barriga con los preparativos, no paró de dar las últimas instrucciones, de situar la plataforma mirando al edificio singular de Botines y de atender hasta un millar de veces el móvil. La víspera del mitin, a las diez de la noche, todos los organizadores estuvieron presentes en el Hostal de San Marcos. El líder invitó a la prensa que habitualmente le sigue en sus intervenciones a un ágape y después, hizo de cicerone en su tierra, mostrándoles los monumentos y el Barrio Húmedo. Tras la complicidad que da el compartir unas copas ayer, cada guiño del líder de la oposición fue anotado por la prensa local y por los veinte medios nacionales acreditados para el acto. Rodríguez Zapatero prometió regresar a León para celebrar su designación como presidente.

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