Diario de León

Más de 2.500 cabezas de ganado confirman la referencia de León en el mercado equino

San Andrés, despensa de Levante

San Andrés, la feria equina más importante del noroeste español en el periodo otoñal, ratificó la tendencia alcista de los precios en origen del caballo destinad

Las yeguas y potros destinados al consumo de carne dominaron las ventas de la feria de San Andrés

Las yeguas y potros destinados al consumo de carne dominaron las ventas de la feria de San Andrés

Publicado por
Luis Urdiales Redacción - LEÓN.
León

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La feria equina de San Andrés, que despide el mes de noviembre en el mercado nacional de ganados de León, conjugó estampas tradicionales con otras adecuadas a los tiempos: el vendedor de calcetines de lana, la exposición de remolques para el transporte de caballos, los puestos de marroquinería y frutos secos, el peregrinaje de los tratantes y ganaderos entre la inspección veterinaria y la oficina móvil de la caja de ahorros y un desfile incalculable de público curioso, agitado por la fiebre que rodea hoy al mundo del caballo. San Andrés es feria de final de época, de trato con acento gallego y asturiano y labia mercantil del ganadero leonés que pelea hasta el último céntimo antes de tender la mano para sellar la venta. Así se ventiló un porcentaje alto de las más de dos mil quinientas cabezas de ganado que entraron a la puja. En el parqué se ratificó la bonanza del sector equino, hundido dos años antes, con precios de referencia que, para consuelo de los criadores, al menos no se desploman. Tendencia alcista de la oferta, como recoge el incremento de ganado en la feria y de procedencia de media península ibérica. No faltaron este año los productores portugueses, avisados por la fluidez del mercado en el noroeste español. En la víspera de San Andrés entraron en el recinto municipal 2.400 ejemplares. La mayoría cambió de manos; la mayoría, también, procedentes de los puertos de la cornisa cantábrica, de Lugo y Ourense, preparados para convertirse en filetes o cecina. Los potros lechales y quinceños duplicaron la oferta de ventas que se registró en la segunda clasificación pecuaria más notable: yeguas de vida y caballos de silla. En este último segmento se arriesgaron los precios más elevados de la jornada ferial que despidió el mes de noviembre: por un caballo de monta se apagaron 2.800 euros (más de cuatrocientas sesenta mil pesetas). En el otro extremo de la cotización, los asnos destinados al consumo de carne, con precios medios de 85 euros y máximos de 114. A las siete de la mañana bullía el mercado nacional de ganados de León. Tres horas más tarde del arranque de los tratos, y una vez que se estableció la tendencia de los precios sobre cada producto en venta, apareció la figura del terciador, entre vendedor y tratante, para limar las diferencias del trato. También hubo saldos, sólo para los retraídos. Ganaderos dispuestos a devolver potros a los prados de montaña y ribera antes de ceder en el precio de los animales por debajo de los 300 euros. «Voy a poner un anuncio: el caballo se vende, no se regala», gritó un joven ganadero de Laciana ante el acoso de los tratantes santanderinos que, avanzada la jornada, pujaban a la baja. «El problema, -apuntó otro ganadero propietario de una decena de yeguas del valle de Valdeburón-, es que la gente pensaba que esta fiebre de comprar caballos no se acababa. Hasta media mañana se vendió bien; quien se entretuvo, perdió el tren. Ya no se compra todo». La mayoría de los caballos vendidos en la feria de San Andrés acabarán en las carnicerías del Levante. El mercado confirmó la bonanza del sector, pero no la idea de panacea contra la crisis económica del sector ganadero. Productores y chalanes se acostumbran a las trabas burocráticas y recaudadoras que impone la administración autonómica: «Para extender las guías (de movimiento pecuario) es preciso el certificado de desinfección del vehículo», se insistía por megafonía. Total, 18 euros del vellón.

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