SANIDAD
El pico de 41 bebés con bronquiolitis en León obliga a extender Pediatría hacia la unidad de corta estancia
El Hospital habilita boxes de UCI de adultos para los pequeños y refuerza su plantilla para atender la avalancha de virus respiratorios
Planta de Pediatría del Hospital de León. RAMIRO
Corren buenos tiempos para los catarros y las infecciones respiratorias que parecen haberse alineado en una especie de tormenta perfecta porque hay más virus circulando y menos protección individual. Mal acostumbrados a que el covid lo tapara todo, este otoño han regresado con fuerza y están afectando especialmente a los más pequeños con un brote de bronquiolitis que parece que no acaba de llegar al pico y que ha obligado al Hospital de León a reforzar su plan de contingencia y a extender Pediatría hacia la unidad de corta estancia UV1, según confirman.
¿El motivo? Que Pediatría dispone de 29 camas y hay 41 bebés ingresados por virus sincitiales, que se han tenido que acomodar en esa otra unidad. Además, las cuatro camas de UCI infantil también resultaron insuficientes y se habilitaron cinco boxes de la UCI de adultos para estos pequeños pacientes, de los que por fortuna solo quedan ya dos ocupados.
El gerente mantuvo en la mañana de ayer otra reunión para abordar la situación en que se ha acordado reforzar urgencias con una plantilla adaptada a las necesidades de los niños y ampliar en diez enfermeras el refuerzo de la UCI.
El pasado fin de semana se registraron 68 urgencias pediátricas, muchas, pero menos que las más de 90 que se contabilizaron hace quince días. Parte de las consultas externas de Pediatría también se están reprogramando para atender los casos hospitalizados .
El frío merma la capacidad protectora de las mucosas nasales contra los virus comunes, pero en primaria y en el Hospital se junta el covid, que sigue infectando sin descanso, la gripe con repunte de la gripe A y el virus respiratorio sincitial, tradicionales del invierno, pero que se han adelantado y han asaltado las calles. En la práctica, no está sucediendo nada que no haya ocurrido antes de la pandemia, según matizan los expertos, aunque el auge de cuadros catarrales es real y la explicación es multifactorial por la relajación de las medidas de protección, inmunidad evanescente para algunos virus respiratorios y el regreso a ambientes cerrados que facilitan la diseminación.