Un millar de pacientes renuncia a operarse fuera del Hospital de León

Con la máxima de que como en casa, nada, un millar de pacientes de la larga lista de espera para entrar a quirófano optó por renunciar el año pasado a operarse cuando estaba citado porque la intervención se efectuaría en otro centro hospitalario diferente al Complejo Asistencial Universitario de León (Caule). Y eso que su negativa supone duplicar el tiempo que aguardarán para solventar sus dolencias con una cirugía.

Según la estadística de Sacyl, reprogramar esas operaciones conlleva una espera media de casi ocho meses y medio (249 días) frente a los 124 días con que se cerró 2022. Ese millar de enfermos se suman a los 6.228 que realmente conforman la lista estructural y a los 820 que por diversos motivos clínicos no son programables. Todos ellos hacen un tapón de 8.054 personas que necesitarán una intervención quirúrgica en la ciudad.

El número de pacientes que renuncian a operarse fuera del Hospital de León se mantiene similar a la baja en los últimos años. En 2021 alcanzó los 1.070 usuarios y el año pasado los 1.006. Además de ese ligero descenso, lo que sí ha mejorado es la demora para entrar a quirófano en 17 días, de los 141 consignados en 2021 a los 124 días actuales. También se ha podido adelgazar en 721 enfermos la lista estructural, según el balance anual de Sanidad.

Pero por qué renuncian a poder ser operados en otro centro hospitalario. La razón principal es la apuesta por lo público y la creencia de que el Hospital de León dispone de mejores medios. Además, someterse a una operación quirúrgica siempre genera respeto, por lo que hay que conseguir que el paciente afronte la cirugía con la mayor tranquilidad posible. Según los expertos, una persona nerviosa es más sensible al dolor, de modo que si se consigue que el paciente esté más relajado respecto al resultado final necesitará menos medicación. En la consulta de Cirugía General se le explica el problema que tiene y se valoran las mejores opciones. Si se ofrece una intervención quirúrgica es porque se estima que es la mejor solución para él.

El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, valora, no obstante, que se ha cumplido con el objetivo de una demora máxima de 123 días en la Comunidad, pero dijo que no se conforma, ni lo hará hasta regresar a cifras precovid, que se situaban en los 63 días, incluso por debajo. Para ello, incidirá en que los centros logren rendimientos óptimos en la jornada ordinaria, como primer paso, para, si fuera necesario, continuar con el autoconcierto, las llamadas peonadas, y, en tercer lugar, con los conciertos externos cuando sean necesarios, puesto que «un paciente tenga que esperar más de cuatro meses para ser intervenido aún es una cifra inasumible que hay que rebajar».

«Hemos mejorado, pero es un dato todavía elevado y los castellanos y leoneses tienen que tener una mejores demoras». Los datos de partida no eran buenos debido a los efectos de la pandemia, por lo que su departamento trabaja en una estrategia integral, «objetivo irrenunciable de legislatura», para evitar recurrir de ««, en alusión al plan Pole de la consejera Verónica Casado o el Perycles del consejero Antonio Sáez Aguado. Destacó que se ha hecho un «importante esfuerzo» para reducir en 21 días las demoras sobre el dato de hace un año, frente a los 144 del mismo periodo de 2021 y los 152 de hace dos años (un 19% inferior». También, se refirió a la reducción del número de pacientes en espera estructural, con 33.967, cuando en 2021 fueron 42.107, lo que supone un descenso de más de 8.000 pacientes, es decir un 19,33%. En diez de los 14 hospitales de Sacyl las demoras se situaron por debajo de los 100 días, y sólo cuatro registran cifras superiores a la media regional. En concreto, por encima del dato autonómico figuran el Complejo Asistencial de Salamanca (166 días, aunque muy por debajo del dato del cierre de hace un año, cuando se situaba en 206); el de Burgos (163); León, con 124 días y El Bierzo, con 156, en este caso por encima de los 128 a cierre de 2021.