Cómo el Gobierno infló la inversión prometida para el Corredor Atlántico con obras ya hechas

Galicia ya ha puesto el grito en el cielo tras comprobar que una parte relevante de la inversión revelada esta semana por el Gobierno en el Corredor Atlántico es parte de obra ejecutada; o en ejecución, o, también, estructuras que son ajenas al propósito final de este pasillo que debe homologar la fluidez de mercancías por el noroeste español con la que disfrutan las zonas más avanzadas de Europa, santo y seña de esta operación.

En el documento facilitado tras la puesta de largo del comisionado en la cumbre de Gijón, destacan cifras de bulto que escapan a la obra pendiente, a los proyectos de futuro y al objetivo. El desajuste más palpable con efecto en León es que se computa la inversión de 3.900 millones de euros asignada a la variante de Pajares al montante global de más de 16.000 millones que el secretario de Estado de Infraestructuras asigna al desarrollo pleno del Corredor Atlántico; no sólo en el noroeste, en todo el espectro de la actuación, que engloba 13 comunidades autónomas, traza en diagonal la península desde Hendaya a la costa portuguesa, y en perpendicular, desde Asturias a Algeciras o Huelva; además de tener en lista de espera la inclusión de La Rioja y Cantabria.

La mera inclusión de las partidas ya asignadas en 20 años al túnel de la Variante entre León y Asturias suponen inflar en cuatro mil millones de euros la cuantía que se refiere a la extensión del corredor por el noroeste n la provincia de León, que comparte mil millones en dos proyectos aún sin definir: la adecuación de gálibos y apartaderos en la vía León-Vigo (con más de 850 millones de euros), y el tercer carril entre León y La Robla, para dar soporte al desvío de las mercancías (ahora, por la Rampa) a través de la Variante, en una circulación mixta con los trenes de viajeros.

Las cifras y la actuación que pone el gobierno de Galicia en duda se refieren a la plataforma de la alta velocidad entre Zamora y Orense, que se han incluido en la relación de actuaciones de mejora en una red que aún no es una realidad; de hecho, a duras penas pasa de boceto.

El ruido de fondo ha llegado a Transportes, que justifica estas referencias a las vías de viajeros en la maraña de mercancías por la intención de llegar a incluirlas en una gran itinerario europeo de líneas de viajeros.

Ese trazado desde el centro de la península hasta Galicia, a través de Zamora, abre otra vía de agua en la cada vez más debilitada posición de León, hasta hace poco centro neurálgico de un cruce de caminos en el noroeste, que en las dos últimas décadas las acciones del Gobierno en materia de obra pública han desplazado hacia la meseta castellana; desde la centralidad logística del transporte ferroviario en torno a Valladolid y Medina del Campo a la elección del curso de Olmedo y Zamora para la entrada de la alta velocidad a Galicia, con el apagón definitivo al ferrocarril del oeste por la provincia de León.

El nuevo documento de bocetos y planos que da cuenta de los propósitos en el Corredor Atlántico ha homologado el grosor de las líneas pintadas, hasta ahora con predominio del corredor central; la efeméride de 2021, año de entrada del noroeste en la planificación estrella del transporte en la Unión Europea, no tiene fronteras en la cartografía. Ahora se anuncia, en 2024, el apéndice por el Padornelo; el tercer enchufe hasta Valladolid.