«Empresas, empleo y vivienda y no porque sean elecciones»

«Por este municipio se puede hacer mucho más de lo que se está haciendo». Por eso, asegura, se presenta José Manuel Oricheta Rojo como candidato del PP a la Alcaldía de La Robla. «La verdad es que no me hacía falta más dolores de cabeza, con los que tengo ya me sobra, pero no estoy de acuerdo con lo que pasa a nivel nacional y aquí en La Robla», añade este empresario de la hostelería, divorciado, padre de tres hijos y 36 años viviendo en la localidad.

«Hay que dar un paso adelante para cambiar las cosas», dice como en una especie de reflexión en voz alta. Y, a continuación, añade, para que conste, el «respeto absoluto por todos los candidatos, a los que conozco personalmente, sin rencillas pero con las cosas claras».

Y aunque se presenta por el PP, repite un mantra de tres palabras que hizo famoso el ‘califa rojo’, Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida, aunque en el caso de Oricheta, que también lleva Rojo en su apellido, no es «programa, programa, programa» sino «empresas, trabajo, empleo».

«La Robla era industrial y las empresas no llegan. Siempre hubo mucha industria y ahora todo esta muerto», dice. «La cosa no va bien», resume de forma meridiana.

Para cambiar esa realidad, Oricheta Rojo propone atraer empresas para generar trabajo y crear empleos que atraigan a empresarios, que todo va de la mano» en una especie de viceversa de un binomio que no se quita de la boca: empresas-empleo.

«Hay que construir viviendas pero no porque sean elecciones», dice, consciente de que es uno de los temas estrella del Gobierno central. «Hay que potenciar y dar los medios para que nuestra gente no se vaya, especialmente los jóvenes».

«Hay que cuidar a los que tenemos», añade.

Para Oricheta, aún «hay esperanza». Aunque describe así la situación del municipio: «Es el núcleo de la Montaña Central leonesa, tiene todos los servicios, residencia de la tercera edad, consultorio médico nuevo y amplio, comercios, escuelas, la afamada FP, una fábrica de componentes eólicos que genera más de un centenar de empleos... pero el pueblo está muerto, con comercios cerrados, sin vida».

Su análisis: «No es un lugar atractivo para abrir servicios ni para atraer empresas con las que la gente se quede aquí. Esta zona sigue impactada por el cierre del carbón y hay que revertir esta situación, crear las condiciones necesarias para que todo cambie y vuelva a ser un lugar atractivo donde invertir y donde vivir».

Propone para ello la construcción de nuevas viviendas. Y no sólo para los habitantes del municipio, también para hacer de La Robla un lugar de segunda residencia. «Está apenas a 15 minutos de León y tiene una naturaleza increíble», apostilla para que no quede duda de que es factible. Y más ambicioso aún: «Puede ser incluso una ciudad dormitorio, atraer a quienes residen en León capital que vean aquí un lugar agradable para vivir, con buenas comunicaciones»

«Es un pueblo seguro», apunta para reforzar su idea.

«Me comprometo a trabajar fuerte para crear equipos potentes y utilizar mi experiencia como empresario para hacer de puente entre empresas y trabajadores, además de captar nuevas inversiones para el municipio. La Robla tiene que ser otra vez un lugar industrial atractivo para vivir», concluye.