El PSOE manda a Calviño, su gran activo, a arropar al superviviente Page
El presidente de Castilla-La Mancha gobierna por tercera vez con mayoría absoluta
Emiliano García-Page tomó ayer posesión de su cargo al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha en un acto institucional en el que estuvo acompañado por autoridades del Estado encabezadas por la vicepresidenta primera del Gobierno de España y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y por la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno nacional, Isabel Rodríguez.
El Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia regional, acogió la tercera toma de posesión de García-Page como presidente de Castilla-La Mancha apenas dos días después de haber sido investido, por mayoría absoluta, en el Parlamento autonómico, cuyo presidente, Pablo Bellido, también arropará, en esta jornada, al jefe del Ejecutivo castellanomanchego.
Page es presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por tercera vez consecutiva gracias a la mayoría absoluta que el PSOE obtuvo en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo, la única que los socialistas lograron en una autonomía.
García-Page se comprometió a gobernar «libre de fanatismos, libre de frentismos» y hacerlo «con moderación y diálogo» con los grupos en la oposición -a los que ha agradecido el tono de sus intervenciones-, con el Gobierno que salga de las urnas el próximo 23 de julio y con todos los ayuntamientos y diputaciones de Castilla-La Mancha.
Y es que la polarización y confrontación entre bloques marcan la campaña de las elecciones generales, en la que el PP, como Vox, aspira al cambio mientras la izquierda de PSOE y Sumar pretende remontar los sondeos y retener el poder.
La llamada de Alberto Núñez Feijóo a derogar el sanchismo, que a Vox se le queda corta, y la advertencia de Pedro Sánchez sobre que la suma de PP y Vox es ultraderechista, trumpista y una amenaza para las mujeres y el colectivo LGTBI han protagonizado y protagonizarán una campaña atípica y canicular que pilla a medio país de vacaciones. Y que ha cogido por sorpresa a los partidos, que no esperaban el adelanto electoral. Cada uno enfrenta con su particular estrategia este golpe de efecto, con el que Sánchez ha buscado ahorrar al PSOE el desgaste por la victoria del PP el 28-M y poner el foco en los pactos autonómicos entre PP y Vox.