Condenan a cinco meses de multa al acusado del crimen de La Torre

El acusado del crimen de La Torre ha sido condenado a una multa de dos meses a razón de seis euros diarios (360 euros) por un delito leve de maltrato y a otra multa de tres meses a razón de ocho euros diarios (720 euros) por otro delito de amenazas, que dimanan de una pelea previa a la que desembocó en la muerte de un joven cántabro en mayo de 2021.

Instrucción 5 absuelve a uno de los jóvenes afectados por las acometidas del grupo agresor, defendido por el letrado leonés Fernando Rodríguez Santoclides. El joven estaba con unos amigos en el parque de los merenderos del barrio de la Palomera , sito en la avenida de la Universidad. Se encontraron con una amiga, que estaba acompañada de un grupo de cinco varones, a los cuales no conocía de nada, y vio cómo ésta abandonaba el parque con otro amigo perseguido por los otros tres chicos del grupo. 

El joven caminaba detrás de ellos para evitar que su amigo fuera agredido, pero uno de ellos paró y comenzó una pelea. Tuvo que esquivar puñetazos, y cuando quiso defenderse, en un momento dado, uno de los chicos del grupo, que resultó ser el que está acusado del crimen, le colocó una navaja en el pectoral izquierdo y presionó sobre el mismo, no llegando a ocasionarle ningún tipo de lesión. Al mismo tiempo le decía: «¿Qué, como os achantáis ahora cuando saco la navaja?», y «¡Te pincho!».

El sospechoso del crimen se acogió a su derecho a no declarar por esta causa. El denunciante relata que estaba con sus amigos y más gente en la zona de los merenderos de La Serna. Nos encontramos con una amiga, ella nos llama y nos cuenta la situación, dice a que uno de ellos la estaba acosando y la apartó. El acusado del crimen fue a buscarle. Iban con insultos como maricón, y alguno más. Comenzaron a decirle: «Te vas a llevar una hostia» y le insultaban.

El supuesto autor del crimen «me dijo que me iba a enterar, sacó una navaja y me la puso en la parte izquierda del pecho. Decía, «¿quién es gracioso ahora?». Fui al médico y no me podía atender en ese momento. Empiezo a dar hacia atrás, sus amigos le decían que se calmase. Luego fueron por el otro amigo, no sabe si con él intervino».

Así las cosas, la declaración del denunciante se ha prestado de manera firme, sin lagunas ni contradicciones con sus manifestaciones en la Comisaría, y ha sido corroborada por la testigo que depuso a su instancia, sobre cuya imparcialidad no se ha suscitado ninguna duda. Además, ambos lo reconocen ahora, y cuando la policía le mostró la navaja que localizaron, aunque no pudo afirmar que fuera esa, dijo que sí podía corresponderse con ella por sus características.