Transportes se niega a bombear el retorno

En el penúltimo capítulo del este asalto al agua de León, el Ministerio de Transportes se negó a asumir el dictamen de Medio Ambiente, que obliga a devolver a la cuenca alta del Bernesga las filtraciones que arrastra el túnel ferroviario desde que la perforadora rompió los acuíferos; de eso hace ya más de una década, todo el tiempo que ha tardado el Gobierno central y su administración en corregir la Declaración de Impacto Ambiental de la obra promovida por Adif, asumir el daño en el ecosistema y definir la reparación de daños. A la cuenta del administrador ferroviario se cargaba un sistema de bombeo para hacer retornar el agua a la cabecera de cuenca, con un coste aproximado de treinta millones de euros, más otros dos millones anuales para sujetar el mantenimiento del proceso. Están en juego cerca de 15 hectómetros de agua cada año, con el arrastre económico y ambiental que conlleva. El tren pasará al pie del agua que no retorna.