Diario de León
El obispo leonés de la Lotería, en el sorteo de la Lotería de Navidad del año pasado. JAVIER LIZÓN

El obispo leonés de la Lotería, en el sorteo de la Lotería de Navidad del año pasado. JAVIER LIZÓN

Publicado por
Pedro Ontoso
León

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La lotería llama a la fe de los creyentes. Y de los agnósticos. Casi todos, por estas fechas, cruzan los dedos para que les toque el gordo. 

Cuando alguien compra un décimo de Navidad lo hace fijándose en el número que aparece de manera destacada en el boleto o por la terminación, muchas veces porque se trata de un 'número bonito' según el argot popular. Los 'feos' son despreciados de inmediato, pese a que también se incluyen en el bombo.

Así ha sido en los más de dos siglos de este sorteo. Pocos se fijan en la imagen que aparece a la izquierda, que sí está relacionada con un pensamiento y una valoración estética, pues se trata de la reproducción de un cuadro, vinculado al Misterio, que es como se conoce al pesebre. La superstición en maridaje con el guiño religioso.

Este año la obra elegida para el sorteo del próximo viernes es 'La Natividad', del Maestro de Sopetrán, que ofrece un doble misterio. En efecto, aparecen la Virgen y San José con el Niño Jesús, junto a la mula y el buey y un grupo de ángeles, protagonistas de la imaginería navideña. Pero muy poco se sabe del autor, un pintor anónimo hispanoflamenco, del que no se conservan obras firmadas o documentadas.

Un enigma

Se le bautizó con ese nombre convencional, porque la pieza es una tabla que procede del Retablo de la Virgen, en su día localizado en el monasterio benedictino de Santa María de Sopetrán, en Guadalajara.

El artista actuó hacia el año 1470 al servicio de la familia Mendoza: Íñigo López de Mendoza, primer marqués de Santillana, y su hijo, Diego Hurtado de Mendoza, I marqués del Infantado. Ambos impulsaron y protegieron el cenobio, ubicado en las lindes de Torre del Burgo, en el término municipal de Hita, en plena comarca de la Alcarria. Las obras se realizaban en los Países Bajos y luego se importaban a España. 'La Natividad' es un óleo sobre tabla, de 103 x 60 centímetros, realizado sobre madera de roble báltico. Desde 1934 se conserva en el Museo del Prado.

No siempre han aparecido cuadros en los décimos de Navidad. El sorteo extraordinario se celebra desde 1812 y en esa época las papeletas sólo llevaban impreso el número. A partir de 1897 empiezan a aparecer las primeras alegorías, relacionadas con la diosa Fortuna (derramando monedas desde su mano izquierda) y el cuerno de la abundancia, propias de la tradición grecorromana, o la rueda alada (símbolo de progreso), emblema de las civilizaciones avanzadas.

Hacia 1940 comienzan a ilustrarse con grabados y estampas creadas por el equipo de diseñadores de la Real Casa de la Moneda en un proceso muy artesanal. Los artistas grababan a buril los motivos que iban a ilustrar los décimos, una compleja labor creativa realizada por grandes profesionales. En los años 50 se escogen fragmentos de obras de Goya, colgadas en el Museo del Prado, como 'La vendimia', 'El otoño' o 'Los muchachos cogiendo fruta'. Los billetes se confeccionaban en un papel especial de seguridad y se reservaba ya un espacio a la izquierda para las imágenes.

Es en 1960 cuando se decide que los décimos de Navidad lleven motivos de una cultura asociada a las tradiciones religiosas, y en concreto a la Navidad. La primera estampa reproduce un fragmento del cuadro 'La adoración de los pastores', de Bartolomé Esteban Murillo, que se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Aparece la Virgen María con el Niño en su regazo y un primer plano de la cabeza de un pastor.

Eran años de una fuerte religiosidad, espoleada, sin duda, por el anuncio del Concilio Vaticano II, que fue un acontecimiento histórico en la Iglesia católica. La iniciativa no desentonaba en el ambiente de aquella España en la que casi el 99% de la población se declaraba creyente, y el franquismo controlaba todas las parcelas de la vida social. Era lo que se conoció como el nacionalcatolicismo.

España es ahora un Estado aconfesional, con una secularización cada vez menos tranquila, pero pocos se sienten heridos por la costumbre de mantener imágenes religiosas en los décimos de la Lotería, quizás porque el catolicismo ha dejado un anclaje cultural.

La comisión que lo decide cada año, integrada por representantes de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas y del Museo del Prado, se fija en criterios artísticos, históricos (aniversarios que piden un homenaje) y técnicos. Se trata de obras vinculadas a la cultura, fruto de una época en la que la religión tenía una presencia dominante en el arte y constituía una fuente de inspiración. La difusión de los cuadros, en su mayoría obras universales, y de sus autores, artistas de primera línea, llega a millones de personas. En la imagen de este año destaca San José con bastón, pastor y protector, que se puede interpretar como un homenaje a la gente sencilla y humilde, a los miles de trabajadores anónimos.

'La Natividad' del Maestro de Sopetrán sucede a 'La Virgen con el niño en la gloria', de Carlo Maratti, que relevó a 'La Virgen de la granada', de Fra Angélico, y ésta lo hizo a 'La adoración de los Magos', de El Bosco. Siempre ha sido así en los últimos 63 años con obras de El Greco, Goya, Velázquez, Rafael y otros maestros de la pintura. En Torre del Burgo y en Hita, enclavadas en el antiguo Camino Real de Navarra, aguardan con expectación este sorteo, que les ha ayudado a situarles con mayor precisión en el mapa, aunque ya les 'tocaría la lotería' si consiguen rehabilitar el complejo semiderruido del monasterio de los Mendoza para celebrar, rodeados de visitantes, la romería de Nuestra Señora de Sopetrán. La que da nombre al misterioso autor de la imagen de la Lotería de Navidad de este año.

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