Así afecta a las inversiones de León la renuncia de Sánchez a hacer unos PGE

Ya estaban advertidos, pero hasta ayer Pedro Sánchez no anunció que renuncia a hacer unos Presupuestos Generales del Estado para 2024. ¿La razón? Cataluña.

Con el aviso a navegantes efectuado por el Gobierno de Pedro Sánchez hace ya meses sobre la posible prórroga de los Presupuestos Generales del Estado, León vuelve a mirar al cielo en busca de una intervención divina que saque a la provincia del atolladero de proyectos incumplidos y en cola con una lluvia de millones que los ponga por fin en marcha, porque esperar una intervención terrenal por parte del Ejecutivo central es batalla perdida, a tenor de la deuda histórica con la provincia que sigue creciendo y ya suma 2.500 millones.

Nada nuevo para León

La prórroga que no comprometería la subida de las pensiones, los salarios públicos o las partidas sanitarias, y mantiene el compromiso de la reducción del déficit y la deuda, pero que no incluirá nada nuevo para León, ni un aguinaldo ni un mísero empujoncito a alguna de las infraestructuras que tanto necesita la provincia. Así, León sigue a expensas de nuevos proyectos, de iniciativas reales que consigan revitalizar la provincia una vez que las inversiones millonarias de la Variante de Pajares han llegado a su fin una vez abierta la conexión ferroviaria con Asturias tras 20 años de obras y de espera. Durante años, la exigente infraestructura ha engordado las partidas leonesas procedentes de Madrid que ahora se verán exiguas ante grandes proyectos que revitalicen una provincia asediada por la despoblación y la falta de tejido industrial. La última partida presupuestaria consignó para León algo menos de 57 millones de euros, de los que el monto más importante fue para carreteras, parques naturales y actuaciones de la Miño-Sil en la comarca del Bierzo.

Temor por proyectos únicos

El equipo de Sánchez no deshará con el Presupuesto el nudo del Manzanal, limará la autovía León-Valladolid, rematará el Palacio de Exposiciones, las rondas de la ciudad o recuperará el esplendor del teatro Emperador. Porque el olvido de San Marcos ya quedó claro también esta semana, cuando Paradores alardeó de Alcalá de Henares, La Granja, Segovia y Córdoba como centros de convenciones con altas capacidades y un superávit de 25 millones, mientras obvió que San Marcos lleva tres años esperando la segunda fase que sumaría 129 habitaciones a las 52 que se le han dejado, un auditorio para 200 personas, salones de banquetes y reuniones y spa.

Pues nada. Cero euros de los 35,1 comprometidos nuevo tras el mazazo a un hotel emblemático que recibía más de 65.000 clientes anuales y gestionaba 90.000 cubiertos antes de derruir gran parte de las instalaciones de 1965 y reabrir sólo el edificio histórico en diciembre de 2018, tras invertir 15 millones de euros.

Nada que ver con Cataluña

Eso sí, Cataluña va a disfrutar de proyectos millonarios como la ampliación del aeropuerto de El Prat que engullirá 1.700 millones y una condonación de su deuda de 15.000 millones. Cifras que ahondan en la realidad de una España a dos velocidades, con unas provincias privilegiadas frente a otras olvidadas y relegadas, como León. El desprecio hacia el desarrollo leonés no sólo se nota en los macro proyectos incumplidos, sino también en los pequeños detalles. Ahí están los ocho meses de espera para una reunión entre el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias y la suspensión del primer encuentro fijado para mañana 6 de febrero «por problemas de agenda».

Trobajo vs Cataluña

Trobajo del Camino ha tenido que ver cómo Montcada (Barcelona), una población similar en habitantes a la del municipio, se lleva 500 millones de euros para soterrar sus vías del tren frente a las migajas que supondría eliminar la barrera del tren en el área metropolitana leonesa al enterrar apenas 900 metros con 80 millones. Un pan que no llega a pesar de las reiteradas reivindicaciones y de las promesas sobre su ejecución.

El debate sobre los efectos secundarios de la apuesta por la Alta Velocidad, trae a escena el abandono en que se han sumido otras líneas convencionales y la desastrosa situación de la ruta ferroviaria de la Plata, cerrada en 1985 y con visos de una semiapertura para el tramo Astorga-La Bañeza en 2030.

En el debe del Gobierno central se anotan los sangrantes 1.500 millones de euros que supondría desarrollar el Corredor Atlántico en la provincia. Un Corredor de 16.000 millones, con 7.000 de ellos para el Noroeste que se atrancan presupuesto general tras presupuesto general del Estado. En cambio el Corredor para los vecinos de Levante y Cataluña no deja de nutrirse de euros y de estar bien engrasado.

El precio del agua

En el debe del Gobierno central hacia León también destacan los 200 millones de la modernización de los regadíos , los 120 del traslado de los talleres de Renfe, los 80 de la plataforma intermodal de Torneros (un proyecto que ya ha rebajado sus expectativas económicas a casi la mitad), los 300 millones de la A-76, los 10 millones iniciales de los nuevos retos de la conectividad a internet o los más de 100 millones para impulsar la León-Braganza, que sigue encallada.

La política de peajes lastrará más aún el tejido

Es más, el Gobierno ha liquidado los peajes en Cataluña y acaba de anunciar una inversión de 83 millones para limitar de forma severa el efecto en la AP-9 y AP-53 en Galicia, mientras los peajes de la AP-66 de León a Asturias no sólo se mantienen al margen de esas bonificaciones, sino que crecen. En la autopista León-Astorga existe un plan pendiente para derivar a la AP-71 a los camiones y liberar la N-120 desde hace la friolera de seis años. Por otro lado, hace falta un cambio de modelo productivo para corregir las desigualdades territoriales que asfixian a León, yerma de un tejido industrial potente que asegure el futuro de esta tierra.

Jóvenes formados se van sin planes del Gobierno

Los jóvenes no tienen ninguna oportunidad cuando acaban su formación, la mayoría de los mejor formados se marchan fuera en busca de un modo de vida. Pero si hay una cuestión de peso que compromete en las tres últimas décadas y de forma severa el futuro de León, es la obra pública que debe sujetar las estructuras, las comunicaciones. La obra que llega a pequeños sorbos, cuando llega, y no termina de remendar las carencias casi endémicas que persiguen a las dos últimas generaciones de leoneses en vida y cuestionan la perspectiva de las siguientes. Mientras el nuevo ministro de Transporte, Óscar Puente, señala que Cataluña se consolida como la primera comunidad en el ranking de inversión del Estado, con 859 millones en 2022, superar la falta de conexiones inmediatas en León con puertos, carreteras y lanzaderas se cuantifica en más de 3.000 millones de euros, según se desprende de las necesidades de mejora estructural y revoque de las vetustas instalaciones que ahora están en servicio. Las diferencias son claras.

Hablemos del agravio de Ponferrada

La falta de desarrollo de infraestructuras claves constituye el capítulo más injusto del Estado hacia la provincia, y uno de los agujeros más gordos se localiza en torno al tramo de vías convencional de León a Ponferrada, con el lazo del Manzanal. Hacen falta apartaderos en vía para convoyes ferroviarios de 750 metros; ajustes en los arcos, reconversión de curvas para incrementar la velocidad media. Hace años que León espera una oportunidad para mejorar sus estructuras ferroviarias, que sí se ha llevado a cabo en otros territorios.

Las rondas, la serpiente de asfalto que se muerde la cola

También espera por la ronda norte de la capital, anunciada antes de las elecciones otra vez; por los pasos inferiores para solucionar la conectividad sobre la ronda Este y acabar con las retenciones. En el cajón duerme la A-76 y la A-60 (León-Valladolid), junto con las promesas de retirada de los peajes en la AP-71 (León-Astorga) y la AP-66 (León-Asturias), que ejercicio tras ejercicio siguen entroncadas en los tributos, con subidas progresivas, sin horizonte de liberación.

Los talleres de Renfe Valladolid 1-León 0

En cuanto a los talleres de Renfe, esta semana Adif anunció una inversión de un millón de euros para realizar nuevos vestuarios, nuevas oficinas y reparar la maquinaria que cercenaba la posibilidad de aumentar la carga de trabajo. Los sindicatos lo analizan como un dinero envenenado, porque permiten mejorar las instalaciones de Gómez de Salazar, pero descubren que su traslado a Torneros para realizar un gran complejo no será pronto.

El último presupuesto inversor destinado a la provincia de León, del que han pasado ya 16 meses. Dos ejercicios más tarde, León vuelve a enfrentarse al ritual de las previsiones presupuestarias con esta provincia. Conceptos y cantidades repetidas en el tiempo, que en la mayoría de los casos son testimoniales y no han llegado ni a ejecutarse ni a dinamizar el objetivo planteado.

La baja actividad que quiere activar la clave logística

Las consecuencias del cierre de las minas en un territorio como León se refleja en que el 23 municipios incluidos en la lista de «muy afectados» por el Instituto para la Transición Justa han perdido más de 5% de su población respecto a 2018, último año con actividad en las minas de interior. Los municipios exigen un cambio que revierta la actividad perdida con el cierre de las minas y el éxodo que ha provocado, con 20.000 personas menos y municipios en declive como Villablino, Bembibre, La Pola de Gordón y Fabero, cuatro de los grandes focos mineros leoneses. Con la falta de actividad minera y ante la ausencia de una red industrial, la provincia ha apostado en los últimos años por convertirse en un nodo logístico aprovechando su estratégica situación geográfica, como nudo entre el centro de la península y todo el noroeste. La economía leonesa perdió un 6% de su fuerza laboral desde 2008, 6,5 veces más que lo que perdió la media de España. 

En 2019, el PIB de León era 30 millones de euros inferior al de 2008, lo que muestra la significativa caída de actividad experimentada en los últimos once años. Esta situación pone de manifiesto la importancia de convertir a la provincia en ese enclave en el que pivoten las mercancías. Y es esta una de las principales reivindicaciones de los empresarios leoneses: la total integración de León como nodo logístico del noroeste de España y en el Corredor Atlántico, a través de una gestión eficaz y eficiente del mismo, una vez finalizadas las obras de la infraestructura. Las obras del Corredor podrían aportar, 1.500 millones a la economía local y el equivalente a más de 11.500 nuevos empleos directos e indirectos. Ejecutados los trabajos, el impacto socioeconómico a medio y largo plazo, solo ante un incremento del 25% de la competitividad de las empresas intensivas de transporte y logística, supondría 263 millones de euros de PIB al año y más de 1.000 empleos. Todo, como Torneros; proyectos sin presupuesto. La plataforma logística de León espera desde hace 15 años. A su lado, la reactivación de la Ruta de la Planta, que también se ha convertido en una reivindicación del oeste de la Península.