MonteCredit se abre a microcréditos para emprendimiento
Viejo: «Nuestro compromiso es facilitar una financiación inmediata y justa»
Fundos concedió 11.944 créditos sociales a 10.978 usuarios de CyL que empeñaron sus joyas

El presidente de Fundos, José María Viejo, admite que los tasadores de MonteCredit se convierten en asesores y confidentes.
Desde que el conde de Buendía destinó 50 ducados de la época para conceder préstamos con garantía prendaria en Dueñas (Palencia) y dio el pistoletazo de salida en España al sistema que se conoce como crédito pignoraticio o por tasación mediante garantía prendaria, han transcurrido ya la friolera de 475 años. Canalizados a través de los Montes de Piedad, se extendieron por toda Europa y América en los siglos XVIII y XIX, y al resto de continentes en el XX.
Un bagage, que en el caso de Fundos, se remonta a 1841, ya que las oficinas de MonteCredit que gestiona en León, Salamanca, Valladolid, Burgos y Palencia son herederas de la antigua entidad de crédito social y prendario. Desde ellas se facilita financiación «ágil, transparente y justa», según destaca su presidente José María Viejo del Pozo. ¿Pero cómo funciona?. El usuario debe acudir a una de las oficinas con una joya, un reloj, cualquier producto construido con materiales preciosos o de joyería de marca. Allí encontrará a un experto tasador que cogerá la pieza y la valorará en una cantidad. El crédito se concederá por importe del 70% de esa valoración o según el perfil del cliente puede llegar incluso al 100%. Entonces se suscribe un contrato de préstamo con una duración anual de 1 año, pero que siempre se puede rescindir de forma anticipada. Al cabo de esos doce meses se abren tres posibilidades: cancelar el préstamo, lo que implica devolver el importe que fue concedido más los intereses, «que son inferiores a cualquier otro producto financiero», matiza Viejo; renovar el préstamo por un periodo similar o renunciar a recuperar la garantía. En ese caso, la garantía sale a subasta a través de la plataforma de la Asociación Española de Montes de Piedad (Presea), y si la prenda se había valorado en 1.000 euros por ejemplo y se remata por 1.300 euros, «nosotros recuperamos los 700 € que dimos y al cliente le reembolsamos la diferencia lograda en esa subasta, que serían 500 euros adicionales», explica. La realidad es que el 98,4% de las personas recuperó su garantía el año pasado, un periodo en que MonteCredit concedió 11.944 préstamos con garantía prendaria a 10.978 usuarios, celebró 10 subastas y sumó 368 nuevos clientes en CyL, lo que significa un 2% de crecimiento interanual y 10 millones de euros en la cartera total. «Que la mayoría recupere su garantía es señal inequívoca de que no usan las joyas para conseguir dinero y luego deshacerse de ellas, sino como un vehículo para obtener financiación». Además, para el presidente de Fundos, utilizar bienes tangibles como garantía no es un procedimiento «extravagante o atípico», al contrario, recuerda que cuando se pide un préstamo hipotecario «estamos poniendo como garantía nuestra propia vivienda», o en el caso de un préstamo al consumo «ponemos como garantía nuestra nómina, porque las garantías existen en cualquier operación crediticia sea del tipo que sea». La diferencia con el crédito social, aclara, es «la inmediatez», ya que se consigue en tres minutos; «la transparencia y la seguridad».
El usario conoce las condiciones en todo momento y la tasación marca unos parámetros iguales en todo el mundo. Frente a la disparidad de los intereses bancarios, que en España son unos, en Portugal otros, en Suiza... al autorregularse cada mercado, en el de las materias primas (oro, plata, platino y paladio) son siempre idénticos porque la cotización es mundial.
Viejo añade que, además «es un proceso justo y riguroso que se efectúa con arreglo a los máximos estándares de calidad en cuanto a la gestión». Una cuarta diferencia viene de la mano del destino que se da a los beneficios. «Las entidades financieras regulan el mercado en base a modelos de rentabilidad como es lógico. Nosotros somos una entidad social y en España todas las entidades sociales están gestionadas por una fundación, de modo que los beneficios que se obtienen a través de la actividad de crédito social son destinados en su totalidad a actividades de carácter social y cultural (acción social, desarrollo local, empleo, cultura y patrimonio y educación)», precisa.
A la oficina de MonteCredit en León han llegado grandes joyas familiares, otras que pertenecieron a aristrócratas e indianos y varias de gran singularidad. Las prendas han ido evolucionando a lo largo de los años y ahora la mayoría son relojes, que constituyen el artículo masculino más frecuente, y las joyas de uso personal (anillos, pulseras, collares). En menor medida también se aportan elementos decorativos, cuberterías y vajillas.
En cuanto al perfil, las mujeres contrataron un 68% de las operaciones y los tramos de edad más fieles a este producto financiero se encuentran entre los 36 y los 65 años. José María Viejo valora que las mujeres acuden con mayor frecuencia «porque tienen un rol trascendental en la gestión de la economía familiar. No lo hacen por necesidades personales en el grueso de las ocasiones, si no por necesidades familiares de liquidez. Por eso los tasadores se convierten en asesores, confidentes e incluso amigos de los usuarios porque les transmiten las circunstancias particulares».
La casuística es variada, desde un autónomo con un problema puntual de liquidez para abonar el IVA, o una cuota del renting de un camión, al préstamo solicitado para la reforma del hogar, la sustitución de un vehículo o los estudios de los hijos. «Y para todos ellos nuestra entidad siempre está presente, para los buenos y los malos momentos». Viejo opina que, aunque siempre se ha atribuido un carácter anticíclico a los Montes de Piedad, asegurando que cuando tenían más actividad era cuando la economía experimentaba crisis o recesiones, «curiosamente hemos crecido más después de las crisis de 2008, 2012-13 y la pandemia, un periodo en que suprimimos todos los intereses».
También aprecia que mucha gente puede ver a los usuarios de las entidades de crédito social como personas desfavorecidas y cree que «hay que intentar combatir ese estereotipo, porque en realidad es un público heterogéneo». Y para remarcar sus palabras recuerda el ejemplo de Gabriel García Márquez. Mientras escribía

La oficina de MonteCredit en León se ubica en la avenida Padre Isla
Cien años de soledad, la familia no tenía casi para pagar la luz. Su mujer le convenció para que acudiera con el original a pedir un préstamo al Nacional Monte de Piedad de México con la garantía del propio manuscrito y esa operación no sólo le permitió acabar el libro, sino convertirse en uno de los escritores de más prestigio y ventas del mundo. Por supuesto, en el préstamo prendario «algunas veces nos han intentado dar gato por liebre», reconoce, pero su trabajo consiste en garantizar la tasación «más justa y eso requiere disponer del personal más adiestrado y los medios más sofisticados».
Por eso todos los tasadores de MonteCredit son titulados superiores en Gemología, acumulan amplia experiencia y manejan medios avanzados que permiten detectar diamantes sintéticos, la composición y el gramaje de las piezas. «Ese es el fin del esfuerzo humano y tecnológico que realizamos. El fin secundario es proteger a la institución de los intentos de fraude. No es la primera vez que alguien aparece con un lingote de oro que está relleno de plomo. Ningún sector se escapa de la picaresca», bromea.
En el complejo momento económico mundial que se vive tras los aranceles del presidente de EE UU, Donald Trump, Viejo indica que el oro está en máximos históricos y siempre es un valor refugio en los momentos de inestabilidad bursátil o financiera. Es el valor en el que los inversores y los propios Estados se refugian cuando los mercados muestran zozobra e incertidumbre, «porque el dinero es extraordinariamente cobarde».
En España no existe mucha tradición de destinar parte de los ahorros al oro, pero en Suiza, Alemania o República Checa las familias aportan el 30-40% de sus ahorros a este preciado metal. «Cualquiera que tuviera oro antes de la pandemia en 2019 y lo vendiera ahora obtiene una rentabilidad que ni las criptomonedas permiten ofrecer», señala. En ese sentido, uno de los servicios que ofrece Fundos a través de InverOro es la comercialización de oro de inversión, tanto de lingotes como de monedas. Posee un 94,9% de pureza, 24 kilates, la máxima calidad y es oro acuñado por el lingotador oficial certificado, cuyo valor es el mismo en cualquier parte del mundo.
Está creciendo mucho por la circunstancia actual. Pero «no son solo los lingotes que aparecen en las películas y pesan 20 kilos. Tenemos lingotes desde dos gramos, pequeñitos, a 200, 300 gramos a gusto del cliente, y de oro, plata, platino o paladio», precisa Viejo. InverOro es auxiliar de MonteCredit con la garantía de La Fundación. Junto con esa posibilidad, la entidad ya no efectúa solo préstamo social, sino que ha ampliado la gama de nuevos servicios, donde encaja «Infoprestameunajoya» en el ámbito digital. Los usuarios pueden gestionar a través de esa página web sus préstamos, renovarlos o cancelarlos. También ofrece el servicio de tasación certificada, muy interesante en el reparto de herencias. «Cuando hay joyas familiares, si no puedes determinar su valor con precisión difícilmente puedes repartirlas», explica. Una tasación que se usa mucho también para el contrato de pólizas de seguros.
Personas que tienen en su casa joyas de cierto valor y el seguro les exige una tasación que aporta MonteCredit. En esa línea se enmarca el servicio de custodia declarada. Muy demandado por ese perfil de personas que poseen joyas en su casa, por el verano se marchan y quieren dejarlas a salvo. Disponen de una cámara acorazada con los máximos estándares de seguridad, custodiadas y aseguradas. O los servicios de subastas a la carta, a través de una plataforma que opera a nivel nacional y tiene miles y miles de usuarios registrados. A ellos se suma la compraventa, porque «hay gente que no quiere utilizar las garantías para un crédito sino simplemente venderlas y nosotros se las compramos en las mejores condiciones del mercado».
MonteCredit ha revalidado la presidencia de Presea a nivel nacional y fue anfitrión en Nuevo México de la 39 asamblea de la Asociación Internacional de Entidades de Crédito Prendario y Social (Pignus), donde José María Viejo fue nombrado vicepresidente. «Fue una asamblea muy interesante porque permitió vislumbrar los retos a los que nos enfrentamos». El primero es la digitalización, el acceso a estos productos y servicios de forma telemática y tasaciones online; el segundo el uso de la IA para la verificación porque tenemos que dar respuesta al reto que significa aceptar otras garantías. La sociedad ya no consume tantos bienes de materiales preciosos como basados en la marca. Y algunos usan la IA con nubes de puntos para autentificar estas piezas. Además, «pensamos que el sector va a crecer, pero tenemos que evolucionar y considerar la posibilidad de ampliar la actividad a la concesión de préstamos sin garantías prendarias en algunos perfiles, el microcrédito, evaluando el riesgo en función del perfil personal. Serían préstamos vinculados al emprendimiento», señala. La entidad no ceja en trabajar por la inclusión financiera y combatir la usura, «que sigue existiendo, no es una práctica del medievo, lo vemos en las tarjetas revolving, en los préstamos privados en condiciones abusivas y otras ofertas que detectamos en el mercado».
José María Viejo valora que Fundos a través de MonteCrédit ofrece «un servicio justo, razonable y competitivo en cuestiones financieras». Y como complemento, se han volcado también en la educación financiera. «No queremos cronificar a nuestros usuarios en base a mantener una situación de poca competencia personal en gestión de las finanzas. Preferimos perder un usuario a que la sociedad gane a una persona autónoma en gestión de las finanzas personales. Por eso impartimos cursos de finanzas éticas», señala. De hecho disponen del programa Eurofundos que colabora con la fundación del secretariado gitano para dar cursos a su colectivo, a inmigrantes y a vulnerables.
Poner el crédito social al alcance de cualquier ciudadano es el compromiso de los Montes de Piedad con la inclusión financiera. Una propuesta de valor que hunde sus raíces en la historia sin perder ni un ápice de su vigencia en la actualidad y que dio financiación inmediata a 90.000 consumidores del país que empeñaron sus joyas.