Adif lanza la variante del AVE gallego mientras agoniza la vía León-Ponferrada
La alternativa de Cerdedo avanza a la par que el Gobierno relega la nueva traza en el Manzanal
Editorial: El tren, oportunidad de oro para PSOE y PP

Tramo de ferrocarril entre León y Astorga.
Adif se ha aplicado en las últimas semanas en airear el apoyo contundente al AVE en Galicia, en un ejercicio que deja al descubierto el abandono a la alternativa para sortear el Manzanal, la única opción para mantener viva la línea de ferrocarril entre León y Ponferrada. El esfuerzo dedicado en desmentir que la variante más allá de Porqueros estaba descartada se da de bruces con el anuncio reciente de un proyecto para renovar algunos elementos del trazado actual, entre túneles y soportes del siglo XIX, que contradice algunas versiones de políticos del partido del Gobierno sobre la voluntad de levantar un trayecto nuevo, adecuado a los tiempos actuales. Paralelo también a la estrategia divulgadora del empeño con el proyecto de la variante de Cerdedo, que requerirá de una inversión superior a los cuatro mil millones de euros, para deshacer nudos en el trayecto de la alta velocidad entre Orense y Vigo. Variante contra variante, la del Manzanal, en la provincia leonesa, sale derrotada frente al plan de Adif para impulsar el AVE entre la costa gallega y Madrid.
La intervención prevista no aguanta un pulso de equidad entre los territorios, ambos del noroeste, atascados por infraestructuras afectadas por demoras de décadas en la inversión, además de una orografía que eleva el reto de las comunicaciones. Adif ya lanzó en marzo el aclarado al horizonte de la actuación en Cerdedo, una exigencia explícita de organizaciones sindicales y políticas de Vigo, con el fin de allanar las conexiones y tiempos de recorrido de los trenes de alta velocidad desde aquel perfil de la periferia hasta el centro peninsular. En una segunda entrega del repertorio que va a librar al proyecto de algunas fases de engorro administrativo, Adif expuso la exención de un estudio de viabilidad previo al desarrollo del proyecto de la variante para el AVE gallego, que permitirá quitar de un plumazo hasta tres años de espera. «para compensar demoras previas», se jactan fuentes oficiosas del Gobierno en una lectura inclinada del procedimiento. La gracia añade un agravio específico con la gestión que realiza el Gobierno en torno a la reapertura de la Ruta de la Plata, entre Astorga y Plasencia, a pesar de que este corredor oeste dispone de hasta un 80% del trayecto armado desde su abandono y cierre en 1985, y que la variante que se acometerá en Galicia es una traza nueva al completo. La resta de trámites con la variante gallega frente a la inercia de la alternativa en las faldas de los montes que separan Astorga y el Bierzo también augura adelantos al limitar la consecuencia de la aplicación de la declaración de impacto ambiental.
En esos planes de Adif se detuvieron en fechas recientes algunos medios de comunicación gallegos; el nuevo estudio informativo tendrá un coste redondo de un millón de euros para hacer realidad la variante de Cerdedo, mientras acomoda la normativa actual a los avances firmados entre 2005 y 2012 con un nuevo estudio geotécnico, informó el Faro de Vigo sobre la estrategia de mejorar la comunicación y movilidad ferroviaria de Orense, Pontevedra y Vigo, y la vertebración del sur de Galicia. Ese es el mismo objetivo por el que suspira la conexión entre león y Ponferrada desde que el acceso ferroviario quedó asfixiado por la decisión de tirar la línea del AVE a Galicia por Zamora. En otra analogía antológica del trazado a tratar por las nuevas estructuras pendientes con las dos aguas del Manzanal, la variante de Cerdedo muestra una complejidad técnica en más de un 70% del trazado entre viaductos y túneles. Para desentrañar la espera del suroeste gallego, se precisarán seis años de obras, que ya tienen un calendario prematuro de inicio: en 2033 , la obra en marcha, para limar en 55 kilómetros de ferrocarril de nuevo cuño un inconveniente que resta competitividad y tiempo a las conexiones de Galicia con el centro de España.
Privada del soporte de la alta velocidad, en esa tesitura se encuentra la línea entre León y Ponferrada, que acaba de recibir la confirmación de Adif de que habrá obras; para alicatar algunos túneles, reformar la base, pero sobre una traza que lleva dos siglos de servicio. De la variante entre Porqueros y La Granja no existen referencias. La certeza es que habrá dos años de corte de circulación por esos ajustes.