La acusada de usar burundanga solicita declarar el viernes para cerrar el juicio
Arranca hoy en la Audiencia Provincial la vista oral, con una inusitada expectación televisiva y una pena de más de 16 años de prisión en juego

La acusada, a su llegada a la Audiencia.
La joven leonesa acusada de utilizar burundanga para adormecer a cinco personas y obtener un beneficio económico con el fin de satisfacer sus deudas del juego, declarará en último lugar en el juicio que se inicia hoy en la Audiencia Provincial de León y no comparecerá hasta el viernes.
La vista ha despertado una inusitada expectación mediática entre las televisiones. La práctica totalidad de los canales nacionales han desplazado equipos al Palacio de Justicia de León.
La procesada ha llegado en taxi a la plaza de San Isidoro, donde se ha enfrentado a una multitud de micrófonos y preguntas directas. "¿Vas a decir la verdad?", le han llegado a sugerir los reporteros. Los funcionarios de la Audiencia han habilitado incluso una zona de prensa en la sala de vistas principal para facilitar el trabajo a los medios.
Una nube de especialistas gráficos ha rodeado la entrada de la acusada a la sala, antes de iniciar el juicio propiamente dicho. La procesada ha hecho utilización de una mascarila que el ponente ha solicitado que retirase de la cara en sala.
La defensa ha solicitado la eliminación de los testimonios referentes al empresario que prestó el dinero a la sospechosa, por su reciente fallecimiento. Y del mismo modo propuso la nulidad de los whatsapps del móvil de la acusada, haberse obtenido de forma no legal violando su intimidad. El asunto no se resolverá hasta que se dicte sentencia.
El testimonio más impactante de la mañana lo aportó la principal amiga de la sospechosa, hija del empresario que prestó el dinero a la joven a la que se juzga, Relató cómo eran los ataques: "Tomé algo con ella y cuando llegué a casa, ya me daba contra las paredes. Estaba como drogada y ella se permitió atenderme como si nada. Lo hizo dos veces más en las fiestas de mi pueblo pero en cuanto notaba el sabor amargo de la bebida, me di cuenta de que pasaba algo. Me faltaba la saliva en la boca y no podía vomitar. Siempre era el mismo sistema, ella traía la consumición y nosotras nos poníamos malas después. Nunca desconfié de ella porque entraba y salía en mi casa cuando quería, por la confianza que tenía. Me ponía malíisma, como si tuviera los pies atados al suelo y ella ni se inmutaba. Ni me abrió la puerta del coche. De lo siguiente no me acuerdo, estaba muy mareada. Tuvo la frialdad de grabarme en su móvil y comentar lo que me estaba pasando. Estuve tres horas en su casa sin conciencia".
La otra hermana de la víctima recuerda impactada el estado en el que encontró a su padre después del primer episodio: "No era él, decía cosas incoherentes y estaba muy mareado. A ella (la acusada) solo le importaban saber el resultado de los análisis. Cuando ocurrió lo de mi hermana fue peor, porque mi propia hermana no me reconocía. Tambiénn pasó lo mismo que con mi padre, le interesaban mucho los resultados de los análisis clínicos".
"Trajo el mosto y ya me dijo que el vaso olía raro, como para disimular. Tuvo la sangre fría de subirse con nosotras al coche como para disimular, pero estuo fría y no se alteró. La habíamos acogido como una más de nuestra casa, no nos podíamos creer lo que había hecho", dijo la testigo, también amiga de la sospechosa.
En sala se ha exhibido un video en el que la víctima balbucea respuestas muy mareada mientras la acusada hace preguntas de respuesta obvia solo para constatar su estado de obnubilación, "Llegó a cambiar los planes de mi banco desde mi móvil, ese era el grado de acceso que tenía a mis cosas", explicó la perjudicada.
Hubo un forcejeo dialéctico con la defensa. "No tengo constancia de ningún reconocimiento escrito de haber practicado juegos de apuestas con ella. Pudo meterlo la acusada en mi móvil". El letrado defensor repuso: "Yo no he dicho que ese documento estuviera en el móvil. ¿Por qué sabe que estaba allí?". La respuesta no aclaró demasiado.

La investigada llega a la Audiencia junto a su abogado, Carlos López.
La compañera sentimental de la procesada reconoció haber mantenido una conversación de whatsapp en la que aseguraba que su hermana estaba "borracha" y haber remitido una foto del móvil destrozado, así como una falsa factura de un viaje por valor de casi 9.000 euros para justificar la retirada de ese dinero de la cuenta de la hermana de su novia. No recordó para qué le entregaba el empresario el dinero a la sospechosa. La defensa le hizo constar la existencia de una declaración ante la Guardia Civil en la que afirma que era para el juego.
La vista se había iniciado con la reproducción audiovisual de la declaración que prestó el empresario ahora fallecido que supuestamente prestó a la investigada el dinero. Reclamaba 195.000 euros. "Era amiga de mis hijas desde hace ocho años", explicó entonces. "Yo tengo un cáncer y empaticé con ella cuando nos dijo que necesitaba dinero para el tratamiento", explicó el afectado en su declaración en sede judicial. "Tú me entiendes porque los dos estamos pasando por lo mismo", alegaba en la grabación que le había dicho la imputada. "Estábamos sensibles porque mi mujer estaba empezando a pasar por lo mismo", dijo el propietario de un conocido negocio de la capital.
"Nunca le prestamos el dinero para el juego, no somos jugadores, ni siquiera sabemos jugar", declaraba en su testiminio el empresario en aquel entonces. "Hubo ingresos desde mil euros hasta cantidades más altas. Empezamos a sospechar ya al final del todo de que nos estaba engañando", decía el padre de las amigas de la acusada.
"Se puede hablar de envenenamiento porque estábamos reclamando la devolución de las cantidades de dinero que necesitábamos y no lo quiso devolver con la excusa de que tenía la enfermedad", dijo en el juzgado el principal perjudicado. "Tenía un móvil para intentar envenenarnos", explicó.

La procesada, sentada antes del comienzo de la sesión inicial.
Explicó cómo empezó a encontrarse mal después de tomar una consumición con ella en un establecimiento. "Me dijo que me podía devolver el dinero con una aplicación del móvil y no me acuerdo de más cosas porque empecé a encontrarme mal". Entre sollozos declaró aquel día: "Jugó con nuestra familia y no devolvió nada. Tenía hasta una botella de agua de uso exclusivo para ella en la nevera de nuestra casa". No supo aclarar, no obstante, el origen de un documento manuscrito por la esposa de la víctima con una supuesta deuda de 2.000 euros en vez de los 200.000 alegados. "¿Ella (por su cónyuge) sabía qué era esto?", preguntó el letrado defensor, que no obtuvo una respuesta clara. "Yo solo quiero que me den lo mío".
La esposa del prestatario del dinero y madre de dos hijas amigas de la acusada prestó el segundo testimonio de la mañana. "Para nosotros era como una hija más". Remitió varios whatsapps a la sospechosa para reclamarle el pago de la deuda y trató de contactar incluso con su madre. "Nos enseñó extractos de que tenía grandísimas cantidades de dinero pero decía que lo tenía bloqueado. Yo creo que no existía ni ese dinero ni la afición al juego. Nunca la vi jugar".
"Nos pidió el dinero para ir a Houston, porque los tratamientos contra su cáncer eran mejores allí", explicó la viuda. "Nos mandó foto de una vía intravenosa en un hospital por un tratamiento que decía que era contra el cáncer y nos enteramos luego de que era una liposucción". La excusa para no devolver el dinero era que estaba todo en una cuenta y no se podía tocar.
Cuando su marido sufrió la intoxicación de burundanga "empezó a desvariar en el Hospital. Estaba mareado pero empezó a tener alucinaciones. Pasó una noche internado y al día siguiente pidió el alta voluntaria. Se acordaba de que al tomar la cerveza se había puesto malísimo y de que quien le llevó la consumición fue ella", en referencia a la acusada. "A mi marido ella lo llamaba 'Papá gemelo'", reconoció la testigo. "Nos decía que su padre no se ocupaba de ella y que no quería saber nada de él aunque lo viera dormir entre cartones. Luego supimos que era mentira. Lo que sí creemos es que su madre estaba al tanto de lo que estaba haciendo su hija", dijo la viuda.
"Tenía mucho manejo de la informática. Desde su móvil mandó correos míos. Nos enseñó extractos bancarios donde aparecían saldos por valor de nueve millones de euros que eran falsos. Yo pasé miedo en algunos momentos, creo que quería matarnos", dijo. "Es falso que quisiéramos financiar sus partidas de póker", dijo a preguntas de la defensa. Negó haber escrito un documento en el que justifica que sus hijas ganaron 13.000 y 12.000 euros jugando al bingo con la sospechosa, recogido por la Guardia Civil. "Eso estaba en mi móvil pero no lo había hecho yo. No es mi letra".
El tercer testimonio correspondió al primer intoxicado con burundanga. Era un compañero de trabajo de su padre. La investigación sospecha que lo usó para probar el funcionamiento de la sustancia. "Me llevó a tomar un café y salí del bar muy mareado y apenas recuerdo nada más". Llegó a ingresar en la UCI.
Cerró el turno matinal otra de las víctimas. "Después de tomar algo con ella me sentí tan mal que no sabía por dónde andaba. Ella me tocaba el móvil y se metía en mis aplicaciones". Estuvo en la UCI dos días. "Quería que no dijera que había tomado algo con ella". También compareció un amigo del grupo que comprobó la realización de transferencias desde la cuenta de una de las últimas víctimas mientras se encontraba ingresada en la UCI.