Diario de León


Las enfermeras se ‘infiltran’ en cada barrio con un nuevo papel de espías del bienestar

Estas profesionales cogen fuerza con más tareas dentro de una Sanidad cada vez más social y preventiva que busca fomentar la autonomía de los pacientes para liberar recursos sanitarios y mejorar la calidad de vida

Las matronas de El Ejido llevan a la piscina de Silvio Barrioluengo a mujeres embarazadas para un mejor parto.dl

Pilar Infiesta
León

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Pensar en las enfermeras como esa figura vestida de blanco, jeringa en mano, siempre amable pero un poco a la sombra del médico, es una idea que obliga a dar al botón de reinicio, porque aunque la bata continúa como símbolo, las acciones que ahora asumen estas profesionales están escribiendo una nueva partitura en la sinfonía sanitaria.

No sólo porque la lista de medicamentos que ya pueden prescribir ha aumentado, sino porque se han lanzado a tejer, conectar y empoderar a comunidades enteras para mejorar su salud. Lejos de los confines de la cama hospitalaria o de las salas y consultas de primaria, su influencia se está expandiendo con nuevos roles que transforman la atención sanitaria en algo más cercano y enfocado no sólo a curar, sino a prevenir. Ya no son meras proveedoras de cuidados, sino estrategas de la salud, educadoras, defensoras de bienestar y, sobre todo, una fuerza imparable que está redefiniendo lo que significa estar sano en el siglo XXI. Su impacto ya no es silencioso, es el resonar de una nueva era donde la salud pasa a ser un asunto de todos. Ejemplo de esa evolución en León, donde las enfermeras lideran iniciativas innovadoras que demuestran su capacidad para ir más allá de los cuidados tradicionales, son los paseos saludables que impulsan las enfermeras de los ambulatorios de Trobajo del Camino y La Condesa, Leticia Trancón y Laura Bécares. Se trata de rescatar a los pacientes sedentarios, especialmente, a los que se encuentran en una situación de aislamiento y soledad en sus casas, se mueven poco, están tristes y cada vez se vuelven más torpes. «Caminando en compañía» arrancó en primavera con cuatro grupos que sacan a pasear por el parque de La Era y la ribera del Bernesga tratando de que establezcan vínculos entre ellos y queden después ellos solos para caminar juntos. Fomentan así la actividad física y aprovechan la ruta para educar sobre hábitos saludables, identificar riesgos, proporcionar apoyo social y fortalecer el bienestar de la población. Otro ejemplo son las unidades de Heridas Complejas y del Dolor Crónico ubicadas en el centro de salud de El Ejido, que demuestran la alta cualificación y la autonomía de las enfermeras en el manejo de patologías complejas, lo que requiere un conocimiento profundo, habilidades avanzadas y un seguimiento continuo, roles que asumen con excelencia. Pero es que las enfermeras también están liderando talleres interactivos sobre nutrición, manejo del estrés, primeros auxilios e incluso sobre cómo navegar en el laberinto del sistema de salud. Con un lenguaje cercano y ejemplos cotidianos, transforman la información médica en conocimiento práctico y empoderador para todos. Podría decirse que se han convertido en detectives del bienestar en cada barrio a través del análisis de los pacientes que tienen a su cargo en los ambulatorios, porque su agudeza clínica va más allá de un diagnóstico individual. Una enfermera comunitaria es capaz de identificar patrones de riesgo en un vecindario y plantearse ¿por qué hay tantos casos de diabetes en esta calle?, ¿hay acceso limitado a alimentos frescos?. De modo que se convierten en piezas clave para diseñar programas de prevención adaptados a las necesidades reales de cada zona. Además ejercen de puentes entre la ciencia y la vida cotidiana desmintiendo mitos, resolviendo dudas y construyendo confianza, persona a persona. Y se están empeñando en enseñar a los pacientes a ser sus propios gestores de salud. Lo están realizando con la formación a pacientes y familias para manejar sus enfermedades crónicas, administrar medicamentos y reconocer señales de alerta, en la nueva idea de fomentar una autonomía de los pacientes que mejore su calidad de vida al tiempo que libera recursos sanitarios en ese giro de la sanidad hacia lo sociosanitario.

La salud no solo se trata en el centro de salud, se cuida en la comunidad

La creciente complejidad de las enfermedades crónicas, el envejecimiento de la población y la necesidad de sistemas de salud más sostenibles ponen de manifiesto una verdad innegable: la salud no solo se trata en el hospital o los centros de salud, se construye en la comunidad. Las enfermeras, con su visión holística, su capacidad de comunicación y su conexión con los pacientes, son las profesionales que lideran ese cambio. Ya no se habla de una enfermera que «ayuda» al médico, sino de una profesional autónoma, con criterio y formación integral que le permite asumir roles de liderazgo en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Son las arquitectas de una sociedad más sana y en su nuevo papel ponen cimientos de bienestar desde cada barrio. Asumen nuevas responsabilidades para una atención de salud más eficiente, preventiva y centrada en el paciente.

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