Diario de León

Victoriano Crémer CRÉMER CONTRA CRÉMER

Y ahora, la marcha triunfal

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

YA viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines,/ la espada se anuncia con vivo reflejo;/ ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines./ Ya pasa debajo los arcos ornados de blancas Minervas y Martes.../ ... anuncian el advenimiento/ triunfal de la gloria. Las calles, las plazas, los burgos perdidos, los cóndores y las palomas; los doctos y los ignorantes, las mujeres y las doncellas, los militares y los paisanos, los religiosos y los herejes, Joselito y Belmonte, Ortega y Gasset, todos y todas (dicho sea con licencia académica) desfilan en estos momentos solemnes y gloriosos celebrando la victoria. Porque, sean las que fueren las señales, los datos, las estadísticas y las proclamaciones todos y todas habrán resultado victoriosos en la gran batalla por el poder del imperio, en el cual sigue sin ponerse el sol. Albricias, aleluya, felicidades. Gloria, honores, cargos y sitiales sagrados para cuantos de una manera o de otra han contribuido a este deslumbrante despertar de España, de América y de las islas Kuiriles. Las famosas elecciones, para las cuales fueron requeridos los mejores de cada casa, de cada partido, de cada ciudad, se han celebrado sin víctimas, convencidos todos de que se han ocupado las posiciones previstas por el mando y que aunque las estadísticas digan lo contrario, todos han conseguido la victoria. Porque no existe ni humillación ni derrota cuando se acude a la batalla con espíritu de combate inspirado en el amor a algo: a la Patria, al partido, a la mujer amada. Y ninguno de los ilustres y heróicos componentes de las listas de candidatos resultaron derribados, ni vencidos. Lamentamos que por nuestra única culpa y falta de memoria no nos sea dado ilustrar este comentario glorioso con los nombres de cuantos figuraron en las relaciones de voluntarios para la conquista de la paz, del orden, de la seguridad, del puesto a la lumbre y de la vivienda digna que todos deseamos para nuestros prójimos como para nosotros mismos, pero no podemos eludir la obligación de menciones con laurel a Mario Amilivia, a Francisco Fernández, a Rodríguez Zapatero, a José María Rodríguez de Francisco, a la épica representante de Izquierda Unida y a la no menos esforzada de los leoneses independientes. Centenares, millares de homéricos señores y de no menos homéricas señoras han dado un paso al frente de donde vivían, se han colocado el peto y el espaldar de los ajuares de pelea y se han echado al campo solicitando, incluso con lágrimas en los ojos, la gracia del voto. «Las nobles espadas de tiempos gloriosos,/ desde sus panoplias saludan las nuevas coronas y lauros/ con voces de bronce». Gracias a todos, de verdad, por cuanto han logrado y por cuanto han intentado. Porque los unos y los otros, han perseguido lo mejor para la Ciudad, para el pueblo, para el ámbito autonómico en el cual nos desenvolvemos, para los escondidos poblados y para los insatisfechos dispuestos a renovar sus demandas. Porque no es fácil, aunque aparentemos lo contrario algunos, no es nada fácil gastarse en el enojoso menester de buscarle tres pies al gato político y cuando una ocasión como la presente se nos propone, nos acogemos a ella para expresar nuestra gratitud. Y así estaremos siempre rogando, como en las viejas comedias de enredo, que nos sean perdonadas nuestras muchas faltas, como nosotros perdonamos, disculpamos y escondemos la faltas ajenas. En vuestras manos, señoras y señores vencedores en la contienda electoral está el pandero. ¡Que los dioses os presten sus asistencias!... Y a partir de este momento, por muchas razones histórico, a esperar el año del 2004 que es donde los españoles supervivientes tendremos que volver a rompernos la crisma por lo de la elección para presidir el gobierno que deja Aznar y en el cual, los leoneses, madre, nos jugamos la piel y el páncreas. Y si no proponemos la concesión de la Medalla de León para los que la suerte no les haya sido propicia, es porque si lo hiciéramos podía saltar cualquier señor y protestar.

tracking