Diario de León

| Reportaje | Se cumplió la tradición |

Entre historias y leyendas

Publicado por
Nuria González - león
León

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Los argumentos sentimentales, históricos, civiles y canónicos esgrimidos por el síndico Javier Chamorro, concejal de Obras del Ayuntamiento no fueron suficientes para convencer al Cabildo de la Catedral. Ni siquiera los presentes que llevó la Corporación a la tradicional ceremonia de Las Cantaderas tentó al vicario judicial. Javier Chamorro fue el encargado de mantener una discusión sobre la vieja polémica del foro u oferta (obligación o regalo) con el vicevicario judicial, Primo Lucio Panera. El lugar, el Claustro de la Catedral de León donde se volvieron a revivir escenas históricas que tuvieron como protagonistas a la palabra, la historia y la leyenda con el colorido de los pendones y los carros engalanados. La Corporación Municipal partió del antiguo Ayuntamiento, en forma de ciudad, en la compañía de los cuatro maceros y la guardia real, tal y como manda la tradición. Desde allí, y encabezados por las doncellas y la sotadera que se encargaba de enseñarles el comportamiento que debían de tener ante el rey moro, dirigieron sus pasos hasta la Catedral donde esperaban los miembros del Cabildo y el obispo de León, Julián López. El origen de esta fiesta es remoto y legendario. La victoria de Ramiro II en la batalla de Clavijo supone el final del tributo a las cien doncellas, impuesto en momentos de máxima debilidad. Chamorro recordó que la Corporación acude a este acto de vorma libre y voluntario y no es una obligación, tal y como considera el Cabildo. algo que «sólo ellos se creen», dijo el síndico, que después de argumentar, con artículos del Código Civil y el Canónico, porqué la ofrenda es voluntaria, concluyó que los fieles sólo tienen la obligación de contribuir con sus bienes a la iglesia en el caso de que sea para el conveniente sustento de los ministros de la iglesia. Precisamente por esto intentó negociar con el Cabildo ofreciéndole, a cambio de llegar a un acuerdo, un cuarto de toro bravo, que era la ofrenda que hace años traía el Ayuntamiento cuando había corridas de toros durante estas fiestas. Como adelanto regaló al Cabildo un cuero de toro viejo. Unos presentes que no sirvieron para acercar posturas con el Cabildo. Así, Primo Lucio Panera invitó al síndico a hacer un agujero al cuerno a soplar unas melodías, en las que podía estar acompañado por otros miembros de la Corporación que tocan el xasofón (los ediles Jesús Cantalapiedra y Francisco Saurina). Ninguna melodía habría servido para llegar a un acuerdo y la discusión volvió a quedar en tablas, en aras de que el próximo año la tradición vuelva a salir a la calle. «Yo no toco mal, toco distinto», concluyó Chamorro que aludió a la tozudez del Cabildo que, a su vez, se comprometió a ceder en su postura de cara al próximo centenario de la Catedral.

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