La presión policial consigue que el 98% de los locales nocturnos cierren a la hora

Una vez que los locales bajaron sus trapas, los clientes decidieron aguardar un rato por las calles de la vieja ciudad hasta que optaron por irse a casa. «Los grupos fueron diluyéndose hasta desaparecer, sin que se diera ningún tipo de altercado», recalcaron ayer fuentes de la Policía Local, que calificaron la noche de «seguimiento absoluto e intensa vigilancia». Incluso hubo propietarios de pubs que llamaron a los agentes para avisar que otros seguían abiertos fuera de hora. La Patrulla Verde también realizó mediciones de ruido en ocho locales para comprobar el nivel de contaminación acústica. De forma inminente comenzarán, igualmente, en las áreas de ocio nocturno las inspecciones conjuntas de técnicos de la Junta y del Ayuntamiento para supervisar aspectos como la seguridad en los bares, las salidas de emergencia, los extintores, los extractores del aire, el estado de de los servicios o la idoneidad del alcohol que se sirve. Tras la primera noche de la campaña de control de cierrre de los locales de copas, los hosteleros mostraron ayer su postura en contra de la medida estricta de seguimiento puesta en marcha de forma conjunta por el Ayuntamiento de la capital y la Junta. Desde la Asociación de Hosteleros del Húmedo denuncian que la institución municipal no ha contado con este colectivo para desarrollar el plan y aseguran que incluso la concejala responsable de la Policía Local, Natalia Rodríguez Picallo, no les ha recibido para hablar de la situación, a pesar de haberle pedido una entrevista en reiteradas ocasiones. «No hemos recibido ninguna explicación por parte del Ayuntamiento de que iban a aplicar los horarios de cierre a rajatabla», apuntó ayer un representante de esta asociación. Recordó, además, que el cierre se producía habitualmente alrededor de las 5.00 horas y «de la noche a la mañana, después de permitirse cierto desmadre, se ponen estrictos», recalcó. Los hosteleros también insisten en que si desde la Junta se hubieran gestionado las sanciones a los que incumplían, ahora no «habría esta persecución en la que pagan justos por pecadores».