Diario de León

| Entrevista | Inger Berggren Garnacho |

«La prostitución es la cuarta industria mundial, pero sólo lucra a las mafias»

El foro sobre mujer e inmigración aborda en León el modelo sueco que penaliza a los clientes de las prostitutas, único en el mundo, y la legislación sobre el servicio doméstico

Inger Berggren, ayer en la sala Ponce de León de la Universidad

Inger Berggren, ayer en la sala Ponce de León de la Universidad

León

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Un hombre ha sido condenado a cárcel en Suecia por utilizar los servicios de una prostituta y el 60% de los 263 casos de clientes juzgados en el país nórdico por pagar a cambio de sexo la condena se han saldado con una multa. Suecia es, desde el 1 de enero de 1999, el único país del mundo que pretende erradicar la prostitución penalizando a los clientes. Inger Berggren, presidenta del Banco Mundial de la Mujer y representante del comité por la iguualdad en el Parlamento de Suecia, participó ayer en León en el I Foro sobre Integración Social de las Mujeres Inmigrantes organizado por Comisiones Obreras y la Universidad. La ley sueca ha reducido la prostitución en las calles de las grandes ciudades, pero, reconoció Berggren, «ha aumentado el tráfico de mujeres a través de redes que entran por el norte, a través de Finlandia y Rusia». -¿Qué situación social se dio en Suecia para plantearse la penalización de los clientes de prostitutas? -En Suecia, las mujeres empezamos a trabajar en los años 50, empezamos a prepararnos y a formarnos. Eso significa que la prostitución baja. Por esos años empieza la lucha por la igualdad de oportunidades, lo que ha supuesto la presencia de muchas mujeres en el Gobierno, en el parlamento y en la política municipal. Hasta que las mujeres no tengan este poder real no se podrá sacar una ley así. En Suecia se apostó desde los años 60 por sacar a las prostitutas de la calle ofreciéndolas formación. Hay que invertir mucho dinero. -En España se debate justamente la posibilidad de que las prostitutas coticen a la Seguridad Social como cualquier trabajador. -No es una profesión cualquiera, Una mujer que trabaja prostituta tiene más riesgo de sufrir violencia, caer enferma de sida... -¿Es muy difícil plantear que se siga el ejemplo sueco? -Sí, es muy difícil. Me pasa cuando hablo con mis amigos y amigas españoles que defienden que puede ser una profesión como cualquier otra. No lo es, porque vender tu cuerpo no es ningún derecho humano. Es algo humillante. En Suecia se apostó desde los años 60 por sacar a las prostitutas de la calle ofreciéndolas formación, pero es una apuesta política que requiere invertir mucho dinero en estas mujeres. -¿Ninguna prostituta le ha planteado que ella tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera? -Según los estudios que se han hecho en Suecia, entre el 88% y 90% de todas las prostitutas quieren dejar el trabajo. Quieren dejar de ser prostitutas. Pero para ello tienes que darles otras posibilidades. Si no, no tienen otra opción. La mayoría de las prostitutas se encuentran en la prostitución a través de diferentes condiciones de la vida. Casi todas han tenido una infancia bastante difícil: con incestos, violencia y malos tratos... En Suecia, un 50% de las prostitutas son drogadictas y tienen verdaderos problemas. -En España, una parte de la prostitución es de mujeres inmigrantes, a las que se vende en los clubes de alterne como más exóticas. ¿Cómo puede afrontarse aquí el problema? -En España en realidad no existe ninguna política de inmigración. No hay una política para los inmigrantes que ofrezca formación y los prepare para que puedan tener un trabajo digno y normal. Eso no existe. Cada inmigrante que viene aquí se tiene que buscar la vida. Sabemos que las mujeres que llegan están en una situación difícil: han dejado a sus hijos con los abuelos, con la familia y tienen que ganar dinero sea como sea. Muchas de ellas no consiguen los papeles y se meten en la prostitución; muchas otras llegan a través de mafias. La prostitución forma parte de la violencia que usan los hombres contra las mujeres y para llegar a la igualdad hay que luchar contra ella. -Sin embargo, existe la idea de que es un dinero muy fácil. -La prostitución es la cuarta industria en cuanto a ingresos a nivel mundial, pero sólo es lucrativa para las mafias. En países como Alemania y Holanda, donde las mujeres prostitutas pueden pagar impuestos, cotizar y tener una jubilación, han calculado que una mujer para poder cubrir gastos (pagar al fisco, alquiler, al chulo, condones...) tiene que recibir unos 15 clientes diarios. Si además quiere tener beneficios, naturalmente serán más. Nadie puede decir que es un dinero fácil. -¿No hay también distintas «clases» de prostitutas? -Sí, a lo mejor sí. Estos estudios eran sobre las prostitutas que se pueden encontrar en Amsterdam, Hamburgo... las que a lo mejor no son de lujo. Pero creo que no existe la prostituta feliz. -¿Qué me dice de los hombres que se prostituyen? -El único estudio que se ha hecho en Suecia sobre la prostitución de los hombres ha demostrado solamente que para los hombres es más fácil dejar la prostitución -¿Cuál es el motivo? -Han llegado a la conclusión de que los hombres han estado muy poco tiempo y por eso es más fácil. Pero en Suecia es muy escasa la prostitución de hombres. -¿Por dónde habría que empezar para atajar el problema? -Uf, no sé... Es toda la mentalidad. Primero, no sé qué placer puede dar a un hombre ir a ver a una prostituta y pagar por ello. Hay que empezar por la educación. Inger Berggren preside la delegación española del Banco Mundial de la Mujer, fundación laboral que asesora para crear empresas y que da apoyo formativo y financiero. Cada vez son más las inmigrantes que demandan su apoyo.

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