Cierre de negocios hosteleros por la caída de un 80% de la actividad en la ruta N-630

Como nunca llueve a gusto de todos, sobre todo ayer, para los hosteleros de la carretera de León a Benavente, especialmente los de los últimos tramos, la apertura de la A-66 supondrá un fuerte revés para sus negocios. Bares, restaurantes y hoteles se surten del movimiento de esta ruta, que ahora se desvía a la autovía y no volverá a pasar por estos enclaves. «Ya se nota, se nota bien y eso que hace menos de 24 horas que abrieron», asegura José Manuel Guerra, propietario de un bar-restaurante al pie de la carretera en Toral de los Guzmanes. «Para la hostelería de la zona esta autovía nos parte al medio, más a los grandes negocios que a los pequeños». Aunque buscando el lado positivo, reconoce que por lo menos en Toral tienen la mejor entrada a la vía. El sector calcula que el volumen de negocio bajará alrededor de un 80%. Ante este panorama, la sombra de los cierres y despidos de personal comienza a planear en localidades como Villalobar, Villaquejida o Toral a la espera de acontecimientos. Tampoco los residentes de esta zona entiende mucho por qué el ministro de Fomento inauguró sólo dos tramos de la autovía, «cuando lo normal es que venga sólo cuando esté acabada para abrirla entera». Eso sucederá en los días previos a la Nochebuena.