Diario de León

Delegado del Gobierno en Castilla y León

«Ser delegado del Gobierno no es un premio de consolación»

El ex portavoz del PSOE en el Ayuntamiento tomará posesión mañana como delegado del Gobierno en Castilla y León con la intención de cumplir las promesas de Zapatero

Miguel Alejo ya ha trasladado su nueva residencia a Valladolid, después de vivir 25 años en León

Miguel Alejo ya ha trasladado su nueva residencia a Valladolid, después de vivir 25 años en León

León

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Inspector de Educación, zamorano y portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de León durante ocho años. Con estas «credenciales» ha tomado posesión de su despacho en la calle Jesús Rivero Meneses de Valladolid, aunque el acto oficial será mañana, ante la presencia del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera. -¿Ser delegado del Gobierno en Castilla y León es un premio de consolación por no haber sido alcalde de León? -No, en absoluto. Antes de que se resolviese en las primarias la elección de Francisco Fernández ya había decidido que mi etapa en el Ayuntamiento había concluido. -¿Por qué razón? -Me parecía que ocho años eran suficientes. Es bueno que haya otras opciones y dar oportunidades a otros compañeros. Ese es el estilo del PSOE. -En un Estado supuestamente descentralizado, ¿tiene sentido la figura del delegado del Gobierno? -Sí. Hay muchas competencias que han de ser ejercidas en las comunidades autónomas, como el mando de las Fuerzas de Seguridad. Y tiene que haber alguien que, en nombre del Gobierno, trabaje con los ayuntamientos y los gobiernos autonómicos. -¿Quién le eligió para el cargo? -El presidente del Gobierno lo propone al Consejo de Ministros. -Ya, pero alguien debe proponerlo, y se dice que usted es el «brazo derecho» de Ángel Villalba... -He trabajado siempre con todos los secretarios generales. Con Zapatero, cuando lo fue; ahora, con Miguel Martínez, que estaba de acuerdo con mi nombramiento. Supongo que el presidente del Gobierno habrá consultado con el secretario regional. -¿Cuántas veces ha hablado con Zapatero desde que es presidente del Gobierno? -Todavía no he hablado con él. Mis interlocutores son los ministros del Interior y de Administraciones Públicas. -Pero le habrá felicitado... -Sí, por supuesto. -Su moderación en el Ayuntamiento se interpretó como tibieza, ¿va a seguir con ella en el nuevo cargo? -Las características personales, de educación y raíces es difícil cambiarlas. Soy dialogante. Pero el diálogo no es un fin en sí mismo, sino que hay que adoptar acuerdos y que se cumplan. Yo creo que he cumplido siempre. -¿Para qué sirve un delegado del Gobierno aparte de para asistir a los actos oficiales? -La representación del Estado es fundamental. No es estar por estar. También sirve para dirigir la política del Gobierno donde aún tiene competencias y el mando de las Fuerzas de Seguridad. -¿Qué órdenes tiene ante la amenaza de Al Qaeda? -En esas cuestiones, lo mejor es ser eficiente y eficaz. Hay que ser precavido. No se pueden comentar. -¿Va a seguir utilizando los antidisturbios como hacía el PP en casi todas las manifestaciones? -No quiero mirar atrás. Las Fuerzas de Seguridad actuarán bajo la dirección del mando técnico y el político, que pedirá mesura, pero también se la pedirá a los demás. Hay que buscar el sitio para que todo el mundo pueda manifestarse respetando los derechos de los demás ciudadanos. -¿Cuánto tiempo hace que no ejerce como inspector de Educación? -Dos días. Sólo lo dejé durante la época en que fui director provincial de Educación; lo compatibilicé en el Ayuntamiento. -¿Se mantendrá la norma no escrita de que el subdelegado del Gobierno en León no sea de esta proviancia? -Ciertamente, es una tradición, pero no creo que sea necesario. El Estado también ha de estar próximo a la provincia y a los ciudadanos, por eso, alguien nacido allí es quien mejor la conoce. Igualmente, me parece coherente que el delegado del Gobierno sea de esta comunidad. -¿Y quién va a ser el nuevo subdelegado en León? -No lo sé. -¿No lo nombra usted? -Sí, pero aún no lo tengo decidido. Lo veremos en los próximos días. Hay previamente un concurso de méritos entre funcionarios del grupo A. Buscaré un equipo cohesionado. -¿Es alguien de nombre Francisco? -Conozco a muchos pacos , pero no será el alcalde de León (risas). -¿Y alguien que sí fue alcalde de otra localidad? -No puedo pronunciarme. -¿Cómo va a afrontar la mediación entre dos gobiernos, el central y el autonómico, de distinto signo político? -No es nuevo. Las relaciones entre distintos gobiernos llevan 25 años. Aquí hace ocho años que no ocurría. Lo afrontaremos con el talante de cada uno, que creo que es de sensatez, aunque no haya acuerdos. Lo nuevo y lo que no debe ser es que haya encontronazos. -¿Le importa tener que vivir en Valladolid? ­-He vivido en el País Vasco, 25 años en León y otros 20 en Salamanca; y los fines de semana iba a mi pueblo, Almeida de Sayago (Zamora). -¿Se traslada toda su familia? -Sólo mi mujer. Mis hijos estudian fuera, así que ya están trasladados. -¿Cuál va a ser su sueldo? -Parece mentira, pero no puedo decirlo. No lo sé, aunque está en los Presupuestos Generales. Mañana lo preguntaré... -¿Le beneficia a León en algo su nombramiento? -Le va a beneficiar que cumpla lo que el presidente del Gobierno ha dicho que va a hacer. -El PSOE ha creado muchas ilusiones, pero por ello les van a exigir más... -Efectivamente. Pero las primeras promesas ya se están cumpliendo, como el regreso de las tropas de Irak o la visita a León de Zapatero. Antes del verano se aprobarán las medidas para el Noroeste y se irán cumpliendo el resto, aunque la legislatura dura cuatro años.

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