Con tiempo para la familia y los libros

A Paco Vázquez -el popular y populoso alcalde de La Coruña- le fascinó la historia de los esqueletos de los monarcas leoneses por los que preguntó nada más contemplar las tumbas. Pudo conocer de boca de la guía todo el periplo recorrido por los regios huesos a través de su ADN para descubrir su identidad, tras la escabechina y expolio de los franceses en los sepulcros del Panteón de los Reyes. Como la guía ignoraba por completo el tiempo de sus ilustres visitantes para recorrer el enclave, en un momento de silencio preguntó: «¿Continúo?». A lo que el ministro respondió sin titubeo alguno: «Sí, por favor. El calendario....». No quería que sus invitados se fueran de la basílica sin conocer las peculiariedades del almanaque isidoriano. Quiso saber también el alcalde de La Coruña si este conjunto arquitectónico tenía «algo de mozárabe», quizá porque le recordaba a algún otro ejemplo patrimonial. «Sí, tiene algo en la curvatura de los arcos», dijo la guía. Previamente, el grupo recorrió el Museo de San Isidoro, admirando las arquetas, códices y, por encima de todo, el cáliz de Doña Urraca. Los que no daban crédito al revuelo y eran incapaces de descubrir el motivo de tal número de cámaras, luces y flashes era los turistas, sobre todo, los extranjeros, que se preguntaban entre ellos quiénes serían aquellos señores a los que seguía tanto séquito. La comitiva abandonó San Isidoro con un regalo bajo el brazo: el libro «El gallo de la torre». En un discreto segundo plano, acompañó al ministro en la visita el hermano del presidente del Gobierno. Juan Rodríguez Zapatero. Quería saludar al juez Alonso, aunque no se acercó a su vera hasta que el alcalde de la ciudad -con esa naturalidad que le define- le exclamó: «Ven acá, hombre». Como respuesta obtuvo: «No, ya me entiendes, porque por aquello de....». Suponemos que no quería salir en ninguna instantánea, aunque finalmente charló durante un breve instante con el responsable de Interior, quien le pidió que fuera a Madrid -para algo que necesitaba el hermano del jefe del Ejecutivo- mejor un día de labor, porque los fines de semana procura escapar de la gran ciudad. Hacia las 17.00 horas comenzó el paseo -bajo un calor sofocante- del ministro, el alcalde de León y el presidente de la FEMP y sus acompañantes por el viejo León: plaza de San Isidoro, Torres de Omaña, Cid, calle Ruiz de Salazar. Primera parada para Vázquez en su búsqueda de libros antiguos para su colección. Entró en La Trastienda se puso las gafas y a investigar. Alonso aprovechó entonces para ir a visitar a su madre en su casa en El Crucero, el barrio en el que nació y se crió. Hasta la hora de la clausura de las jornadas, el alcalde gallego siguió buscando joyas editoriales. Quince minutos antes del acto, volvieron a citarse en el puente de San Marcos para atravesarlo juntos y volver al barrio del ministro.