Sorprendidos tres individuos con numeroso material informático e industrial, que pudo ser robado

Una patrulla de la Guardia Civil del puesto de Armunia soprendió anteayer, a las 2'15 de la madrugada, a tres individuos que circulaban por la localidad de Santa Olaja del Porma-Valdefresno en un turismo, con evidentes signos de ir sobrecargado, por lo que se procedió a la identificación de sus ocupantes y el registro del vehículo, resultando ser R.G.G., de 20 años de edad, D.G..G. de 22 años y R.L.F. menor de edad, todos vecinos de León. En el registro del vehículo, se halló cuantioso material informático y maquinaria industrial, del que no pudieron acreditar la procedencia, comprobándose que se trataba del que había sido sustraído momentos antes en la nave sita en la misma localidad de la detención, denominada Construcción y Frontales Fernández Cañas S.L., donde causaron, además, daños de escasa consideración para acceder a su interior. Los tres individuos fueron detenidos como presuntos autores de un robo con fuerza, recuperándose los objetos sustraidos, valorados en unos 9.000 euros. Tanto las diligencias como los detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado nº 3 de León y de la Fiscalía de Menores. Atentado contra la autoridad Por otra parte, el juzgado de lo Penal número 1 de León, realizará el próximo 12 de abril, a las 10.45 horas, la revisión oral del caso que se sigue contra F.A.V.A. como presunto autor de un atentado contra la autoridad, un delito de amenazas y otro de tenencia ilícita de armas. Los hechos se habrían producido el 16 de junio último, hacia las 23.00 horas. El acusado entró en un bar de Cuadros, donde topó con el presidente de la Junta Vecinal, G.G.M. que previamente, le había llamado la atención por conectar una manguera a una fuente pública. «Hoy vas a saber quién es el portugués» gritó el acusado, antes de sacar una pistola de unos 10 centímetros, cuya autenticidad no se ha podido demostrar. Posteriormente, según el fiscal, el autor de los hechos habría dicho a la dueña del establecimiento y a otro cliente: «Le voy a meter cinco tiros con ésta». Posteriormente salió a la calle, esperó a que saliera y se colocó a tres metros, desde donde empuñó y apuntó al suelo. G.G. llamó a una persona, a la vista de los acontecimientos, y el implicado desistió entonces de su actitud y decidió abandonar el lugar. Por todos estos hechos, se solicita una pena de dos años y seis meses de cárcel, que la acusación particular eleva a cuatro años y seis meses. La defensa considera que el relato de los hechos es falso, y pide la libre absolución de su patrocinado, por entender que es inocente.