«El candidato en León será quien la gente y las encuestas digan que puede ganar»

Primera hora de la mañana y ya trabaja a doble velocidad. «Callaros, que no tengo tiempo, que viene Eduardo a las once», exhorta Isabel Carrasco (Santibáñez del Bernesga, 1955) al tiempo que hojea la prensa por encima, pero sin perder dato, antes de mirar de frente, jugar con un clip o escribir en un post-it su nombre mientras la entrevista fluye o se derrama. -Con ZP en luna de miel con León, no es el mejor momento para el PP. -Yo creo que no es el peor. Afortunadamente, los ciudadanos están viendo ya que tanta promesa no es así, que hay problemas nuevos y que hay mucho humo. En los Presupuestos una cosa es lo que se dice y otra lo que es, porque puede haber cierta trampa. Este año ha cambiado la territorialización de las inversiones para despistar, pero yo estoy ducha en estos temas, y despistar, poco. A mucha gente le puede añadir algo que el presidente del Gobierno sea de su pueblo, pero se deben analizar los hechos independientemente de esta coincidencia. -¿Se estaría mejor con el PP? -Sólo hay que mirar los archivos. El PSOE puede decir que todo es maravilloso, pero no es así cuando se incumplen promesas electorales, se van a paralizar o prorrogar, existen proyectos fantasma como el Inteco... La realidad está ahí, se ha visto lo que ha pasado en estos 8 años que ha estado gobernando Aznar en La Moncloa, el impulso que se ha dado a las infraestructuras y los proyectos que aquí estaban. Es fácilmente comprobable. -¿Ha cambiado el partido en la provincia desde su entrada? -Un partido no cambia de la noche a la mañana, ni depende de una sola persona sino de muchas. Los cambios para nada han sido radicales. Lo único significativo es la presencia de la presidencia. Sería muy pretencioso pensar que porque cambie la presidencia cambia el partido, que está formado por 10.000 afiliados. -Todos en armonía. -Yo creo que bien, aunque dais, vosotros especialmente, mucho bombo a unos señores que dicen lo mismo ahora que antes del verano y no añaden nada nuevo. Es una consecuencia de la comarcal del Bierzo. -Habla de los críticos escindidos del Bierzo. -¿Ya se sabe que los críticos están escindidos? -Eso han anunciado. -Pues el otro día decidía vuestro periódico que no hablaban de escindirse. -¿Y si lo hacen finalmente? -Todo el mundo es libre de ir y venir, de estar o no estar en un partido. Nosotros no vamos a retener a nadie a la fuerza ni a aceptar ningún chantaje. Punto, no quiero hablar más de este tema, no lo merece. -A ver si van a perder un diputado provincial por Ponferrada... -Hemos tenido estos años pasados unos resultados históricos en el Bierzo, donde sociológicamente, por la minería deberían estar votando más a la izquierda, aunque tampoco sé por qué. Pero han valorado muy bien las gestiones de los ayuntamientos y especialmente el de Ponferrada. Con toda la gente que está trabajando en el Bierzo vamos a tratar de obtener los mismos resultados. -Y de trabajo, en el Ayuntamiento de León, ¿qué tal? -Funciona bien, lo que no sé es por qué también es objeto de análisis directamente. Ya lo he dicho hasta la saciedad, hay un alcalde del PP que fue el más votado en las elecciones y está gobernando, sin otra particularidad, con el programa electoral. -En el momento del pacto se quejó de que no se contaba con el partido. -No creo que dijera eso, aunque yo no estaba de presidenta entonces. -¿Fue acertada? -La hicieron, no la voy a valorar porque no era la responsable provincial del partido en ese momento. -Ahora, sí lo es. -Pero se produjo antes. Es positivo desde el momento en que gobierna un alcalde nuestro. Lo otro era en contra de la opinión de los ciudadanos. -¿Hay división en el partido? -Lo niego categóricamente. Lo que no se puede es preguntar a media docena de personas. El partido tiene una estructura territorial muy amplia, donde se han hecho la renovación de todas las juntas comarcales y locales. Yo no quiero entrar en esa guerra, te la niego completamente. En estos momentos el partido está unido en torno a un proyecto y a unas votaciones que se celebraron en un congreso del que no hace un año, y sigo teniendo el mismo respaldo que tuve o más. Y todo lo demás son cantos al sol, eh. Se ha hecho una renovación ejemplar, en los sitios donde se ha prestado más de una candidatura he dado libertad porque era gente nuestra y ha ganado el que tuvo más votos. -Entonces, no hay enfrentamiento con Amilivia. -Niego absolutamente toda clase de personalismos, ya está bien. Hay muchas, muchas, muchas personas con nombres y apellidos en el partido para centrar la atención en una o dos. No es verdad, ni hay unos que estén de un bando ni otros que estén con otro. Cada uno tiene el papel que le corresponde en el partido, hay una estructura orgánica y hoy estamos aquí y mañana podemos estar en otro. Pero de eso a decir... ya está bien, ya está bien y no hay ninguna división. No quiero que se continúe por ahí, porque no existe y si hay que cortarlo se corta, de raíz, porque no existe y no puedo entender que se pregunte por eso, de verdad lo digo. -¿Cuál es el papel de Amilivia? -Ser alcalde. -Simplemente... -Está en el comité ejecutivo, como muchas otras personas, porque es nato, como el consejero de Fomento o el presidente de la Diputación, como estaba yo antes. Es que estrellas no existen aquí ya, somos todos maravillosos (sonríe). -La renovación de la que habla ¿llegará a León? -Todavía queda mucho. Además, el tema de renovación, de no renovación, de porcentajes y estadísticas me pone enferma, lo mismo que tener que llevar la mitad mujeres. Es una cosa que no toca para nada ahora. Todo está en función de lo que cada organización territorial o comarcal del partido decida. Lo que tengo muy claro es que los que mejor saben lo que pasa son los del territorio. -¿Le gustaría ser alcaldesa de la capital? -No (sonríe), pero qué bobadas. Estoy indignada, porque sin decir nada me achacan hasta la muerte de Manolete. Ni voy a decir nada, porque no haya nada de nada de nada. Tanto en León como en el resto de la provincia, en cada sitio, será candidato la persona que nos diga la gente o las encuestas que es el que mejor puede ganar, y punto. El que puede ganar las elecciones y punto y aparte, se llame como se llame; no sé cómo se llama y me da igual.