Vuelven los guirrios Un traje clave del antruejo En marcha un festival nacional

Un año más, la localidad de Velilla de la Reina se vistió de color con la celebración del antruejo, declarado como Fiesta de Interés Turístico Provincial, congregando a cientos de personas. Toros y Guirrios, junto con el resto de disfraces de época, como enanos, troncos de madera, huesos de animales, aperos agrarios y hombres de saco, recorrieron las principales calles al son de chufla y tamboril; instrumentos con los que decenas de personas bailaron muñeiras y otros bailes tradicionales. Precisamente, el carnaval velillense exige que todos los disfraces tengan una cierta tradición. Uno de los elementos más destacados este año fue la representación de una boda tradicional en la plaza a la antigua usanza; aunque los asistentes vivieron la jornada con más intensidad cuando, como manda la tradición, los toros y guirrios corrieron y azuzaron a las mozas y los hombres de saco asustaron a los cientos de personas allí congregados. La plaza, abarrotada de gente, sirvió de escenario para que los toros y guirrios realizaran el tradicional baile, sin que el frío impidiera que esta, y el resto de las actividades previstas, pudieran realizarse con total normalidad, en una celebración que contó con la participación de gente de todas las edades, procedentes tanto de la propia localidad de Velilla como de otras como Cimanes del Tejar. Tras los desfiles y representaciones, todos los asistentes pudieron degustar el tradicional escabeche, además de pan, embutido, vino roscas y orejas, con lo que se puso fin a este tradicional festejo, que ininterrunpidamente se celebra desde 1978. Los guirrios fueron ayer de nuevo protagonistas en la celebración del antruejo velillense, llenando de color las calles de la localidad ante la mirada de cientos de asistentes. Un traje repleto de elementos característicos y propios, como máscara, coleta, cotona de seda, esquilones, camisa y calzón de lino, y faja, junto con calcetines de lana blancos y negros y las albarcas. Un traje repleto de una belleza ancestral, clave en los ritos propios del antruejo. El presidente de la Diputación, Javier García-Prieto, agradeció la invitación al acto y prometió la ejecución de la carretera de Carrizo a Llamas, para hacer más accesible el tránsito. El de la Asociación de Guirrios y Madamas, Luis Díez, manifestó la intención de la asociación de organizar un festival nacional de exaltación al antruejo.