El sabor de México, en la ciudad
El centro de La Bañeza se vio inundado de pronto por todo un ejército de mexicanos que llegaban en son de paz, con las armas de la fantasía y el buen humor. Faldas de volantes, sombreros y vivos colores eran las señas de identidad del grupo, que desfiló en parte a pie y en parte sobre una carroza que arrastraban, como por arte de magia, varias palomas blancas.