Los padres investigados por presuntas quemaduras a su hijo niegan el maltrato «Quiero a mi hijo, es lo único que tengo»

Los padres de un niño de Laguna de Negrillos, detenidos el pasado lunes por las lesiones que presentaba su hijo y puestos en libertad con cargos al día siguiente, negaron ayer que alguna vez hayan causado daños a su pequeño, que acaba de cumplir seis años; y aseguraron que la detención y posterior proceso al que están siendo sometidos se debe a un exceso de celo de los servicos médicos de la localidad. El pasado martes M.B.L., de 47 años, y H.G.G., de 30, acudieron al servicio médico de la localidad con la intención de que curaran a su hijo unas heridas que tenía en la rodilla, que se había hecho el jueves de la semana anterior y que habían empeorado con los baños que el niño se daba en la piscina. Según los padres, el médico del centro observó que se trataba de heridas producidas por un cigarrillo, por lo que avisó a la Policía Judicial, que acudió al consultorio y sacó de allí a la pareja esposada. Ambos fueron trasladados a León, y al día siguiente prestaron declaración en el Juzgado de La Bañeza, según ellos mismos relatan, donde conocieron el informe realizado por el forense sobre las lesiones del pequeño y fueron puestos en libertad con cargos. Los dos tienen orden de presenarse cada quince días ante el juzgado. Orden de alejamiento Además, la pareja tiene una orden de alejamiento que les prohibe ponerse en contacto con su hijo hasta que se aclaren las circunstancias en que se produjeron las lesiones. El niño se encuentra en la capital leonesa, viviendo con una tía. El informe del forense señala, según los padres, que el niño tenía unas diez heridas producidas por un cigarrillo en la rodilla izquierda, y otra más encima del tobillo. También recoge, explican, unos arañazos producidos por las sandalias. «Eran nuevas, y le rozaron un poco los pies». El padre del pequeño se lamentaba ayer de que un juego de niños vaya a terminar en un drama para varias familias de Laguna de Negrillos. «Al principio el niño nos dijo que se había caído de la bicicleta, pero cuando le llevamos al médico para curarle, entre él y los policías le presionaron y acabó diciendo que le pegábamos. Pero no es cierto. Ahora, que está con su tía, ya ha reconocido que se quemó jugando con otros niños, pero no quería contarlo porque yo le reñía cuando iba con otros chicos más mayores que él», explica M.B.L. El padre se queja también de que durante la detención no curaran al niño. «Ni se ocuparon de él, tuve que llamar a alguien para que fuera a buscarle. Dejaban a mi hijo en la calle». Lo cierto es que este caso ha despertado un movimiento de solidaridad inusitado en Laguna de Negrillos. Según varias fuentes consultadas, «prácticamente todo el pueblo» ha firmado un escrito en el que reclaman a las autoridades que devuelvan la custodia del pequeño a los padres. Durante los últimos días las hojas de recogida de firmas han pasado por bares, tiendas y casas particulares, y aunque ayer las fuentes consultadas no podían concretar el número de apoyos todas coincidían en que eran generalizados. «Pregunten a quien quieran. Aquí todo el mundo sabe que queremos y cuidamos a nuestro hijo», imploraban ayer los padres del pequeño. «Lo único que me interesa ahora es recuperar a mi niño. Quiero a mi hijo, es lo único que tengo», repetía ayer una y otra vez el padre del pequeño presuntamente maltratado, con el que no han vuelto a tener contacto desde que le llevaron al médico para curarle. «Si yo hubiera quemado al niño, no le hubiera llevado al médico para curarle ¿no?», intentaba argumentar ayer M.B.L. La pareja investigada está segura también de que su relación pasada con las drogas tiene que ver con la actitud adoptada por los médicos y las autoridades en este caso. «Es verdad que tuve problemas con las drogas, de hecho perdí mi puesto de la Once en La Bañeza por ellas. Pero hace tiempo que estoy limpio, ocho o diez años, me hago los controles y estoy limpio». Los padres del pequeño aseguran que no tienen problemas con las drogas de ningún tipo en la actualidad, y que trabajan y viven como una familia normal. Ahora confían en que todo se aclare y puedan recuperar a su hijo, mientras insisten en su inocencia.