«No debemos apartarnos del camino que guió Caquicho»
Adolfo Vargas Jiménez visitó ayer al alcalde de la ciudad
La larga sombra del Tío Caquicho enmarca el inicio del mandato del nuevo patriarca del pueblo gitano de León. Adolfo Vargas Jiménez (Maceda, 1951), elegido por la mayoría de los calés de más de 50 años, recoge el testigo y el ejemplo de su antecesor, convencido de que se ha hecho un camino y es el que hay que seguir. -¿Cuál es su barrio? -Ahora vivo en Armunia, pero mi crié en Las Ventas. -Cerca del Tío Caquicho. -Le conocí desde bien niño y vive allí hasta los 30 años. -Tiempo para conocerle y apreciarle. -Era una buena persona. Hizo muchas cosas buenas por el pueblo, se lo ganó, se lo metió en el bolsillo con su forma de ser y hacer las cosas. -Una forma de hacer las cosas de la que usted habrá sacado sus objetivos. -Mi labor es la de conseguir la convivencia entre los gitanos y favorecer su integración en la sociedad. -Todavía quedan cosas por vencer. -Claro, aunque el Tío Caquicho lo dejó todo bastante bien encaminado. No debemos apartarnos del camino que nos guió. Necesitamos trabajo para nuestros jóvenes y viviendas cuya renta de alquiler no sea elevada, sino digna, porque la mayoría vivimos del comercio y no podemos pagar 300 ó 400 euros al mes. -Se habló para el cargo de Ignacio Jiménez Bermúdez. -Sí, él seguirá en La Robla y será mi mano derecha. Yo no voy a mover ningún problema sin hablar antes con él. -¿Cómo le gustaría que le recordasen? -Como un hombre de paz.