El recuerdo de León siempre estuvo presente

La hija pequeña de Julio López Rubín, María José, relata cómo su padre recordaba insistentemente la tierra donde nació y se crió e, incluso, guardaba con mimo recortes de periódicos con noticias de León. Entre ellos uno, en el que podía leerse: «La Catedral se resquebraja». La familia López Rubín tiene origen judío. Sus bisabuelos llegaron de Rusia y se asentaron en Orense, la siguiente generación -los abuelos- emigraron a León. En la familia de Julio eran siete hermanos, dos de ellos ya no viven. Todos nacieron y se criaron en la plaza de Don Gutierre, en pleno corazón del barrio Húmedo de la capital leonesa. Estudió Delineación en Madrid y cuando finalizó su formación fue contratado por una empresa americana de ingeniería con la que viajó por todo el mundo. Residía en México desde hacía 27 años. La última vez que regresó a su tierra natal fue hace diez años, viajó con su esposa e hijas. Actualmente, trabajaba como gerente de ventas de la multinacional Inoxcrom y, precisamente, el día que desapareció tenía una cita laboral a la que nunca llegó. Un mes y siete días después, su cadáver apareció en el fondo de un barranco en su coche y con un disparo en el cráneo. Ahora, la investigación trata de esclarecer el caso.