El alcalde de Villalar asegura que el veneno sólo ha matado dos topillos

El alcalde de Villalar de los Comuneros, en Valladolid, Pablo Villar, realizó ayer en Salamanca un balance del plan experimental contra los topillos que se inició en su localidad impulsado por la Junta de Castilla y León. Villar informó que, según los datos que ha recogido «a pie de calle» tan solo ha visto «dos topillos muertos» y denunció que de la institución regional solo ha recibido «espaldarazos». Sobre esta experiencia llevada a cabo en su municipio, explicó que de las 4.200 hectáreas que tiene su pueblo, se aplicó veneno en escasos 200 metros, cuando los propios agricultores ponen esa misma cantidad, cercana a los 300 kilos, entre tres de ellos en un día. Por este motivo, criticó la gestión de la Administración regional y la acusó de «no tomar cartas en el asunto» y de no implicarse con este problema de gravedad. Villar valoró que se trata de un grave problema y que afectará incluso al desarrollo rural de estas zonas. Como ejemplo puso su pueblo, donde aseguró que el 40% de los habitantes viven directamente del campo, así que, según calculó, si las pérdidas llegan a los 240.000 euros por cada agricultor, nadie querrá dedicarse a estas labores y desaparecerá la mitad de su pueblo, quedando una población de 70 años. Ante esta situación Villar recordó los planes del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, para el desarrollo rural y afirmó que esta situación pone en peligro precisamente al medio rural de la región.