Cuatro multinacionales estudian la mejora de los cultivos energéticos

El cultivo de productos bioenergéticos crea nuevas expectativas de desarrollo en torno al sector agrario, al que se suman las empresas multinacionales de este ámbito económico. La puesta en marcha de una planta para la obtención de biodiésel a partir de la aceite de colza en la Vega del Esla dinamiza la actividad en torno a esta oportunidad de negocio. La iniciativa de Jonh Deere, Monsanto, Basf y Fertiberia, que viene a complementar las expectativas del sector, tiene una parte de interés tecnológico. La multinacional norteamericana aplicará mejoras a la maquinaria agrícola que diseña y fabrica para desarrollar aperos específicos que optimicen todo el proceso de cultivo de la colza: la siembra directa, las máquinas sembradoras de precisión y las máquinas cosechadoras que se emplean desde el inicio al fin del ciclo serán objeto de los nuevos apuntes tecnológico que la prestigiosa firma estadounidense de tractores y cosechadoras va a definir en los ensayos. Se busca una máquina adecuada para la cosecha de colza, un producto que requiere de unas condiciones específicas frente a otros cultivos más extendidos, con el fin de no perder semillas en el momento de la recolección. Del ensayo que se lleva a cabo en la provincia leonesa saldrán las aplicaciones tecnológicas que se suponen decisivas para mejorar el manejo de las siembras en el cada vez más extendido ámbito de los biocarburantes. El experimento se realiza sobre dos campos de cultivos, sobre cuatro hectáreas en la vega del Esla, una de las zonas de la provincia testigo del despunte en los últimos años de los cultivos de colza con fines bioenergéticos. Allí se ensaya con diversos tipos de semilla para comprobar cuál de ellos ofrece una producción más alta en función de las condiciones del suelo o la climatología de la provincia leonesa. La investigación de las firmas consolidadas en el desarrollo de la agricultura a nivel mundial, (Basf. Monsanto o Fertiberia) se dirige a obtener un historial de cosecha en función del tipo de semilla, que luego tendrá una aplicación práctica en los cultivos que emprendan los agricultores. La relevancia de las empresas que se han decidido a promover la experimentación agrícola reafirma las posibilidades que los cultivos bioenergéticos suponen como alternativa del campo leonés. No es la primera vez que en torno al despegue que ofrece la colza se funda una investigación para conocer los límites del cultivo de oleaginosas en la provincia leonesa. La iniciativa, ahora, abarca todas las posibilidades.