Diario de León

El sospechoso actuó «con una feroz intimidación y absoluto desprecio posterior de un cadáver»

Piden 102 años de cárcel para el presunto asesino de las policías de Toral y Noceda

Los hechos tuvieron lugar en octubre del 2004, durante la fase de prácticas de las jóvenes en Hospitalet

Publicado por
Miguel Ángel ZamoraAgencias - redacción
León

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El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de 102 años de cárcel para el sujeto acusado de haber asesinado en el barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), durante un permiso penitenciario, a dos policías nacionales en prácticas, naturales de Toral de los Guzmanes y Noceda del Bierzo, a las que mató a navajazos tras violar a una de ellas. En su escrito de conclusiones provisionales, el fiscal pide en concreto para el acusado, Pedro J.G., una pena de 102 años y 11 meses de cárcel e indemnizaciones por valor de 780.000 euros, por dos delitos de asesinato y uno de agresión sexual, allanamiento de morada, profanación de cadáver, incendio, robo con violencia, robo con fuerza y quebrantamiento de condena. Los hechos ocurrieron el martes 5 de octubre de 2004 cuando, según la fiscalía, el acusado disfrutaba de un permiso penitenciario que finalizaba al día siguiente. De acuerdo a la descripción correlativa de los hechos elaborada por el fiscal, hacia las seis de la mañana, el acusado llegó al barrio de Bellvitge en metro, procedente de Barcelona, y hacia las 08.00 se percató de la presencia en la calle de una joven de 28 años, natural de Noceda del Bierzo, que acababa de finalizar su jornada de trabajo en la comisaría de la Policía Nacional en Castelldefels (Barcelona), donde ejercía de agente en prácticas. Según el relato de la fiscalía, el acusado siguió a la víctima hacia la puerta de su inmueble, situado en la Rambla Marina de Bellvitge, y accedió a la portería aprovechando un descuido de ella. Una vez en el interior del ascensor, la intimidó con una navaja y la obligó a que se dirigiera a su vivienda, situada en el piso séptimo segunda, donde logró entrar gracias a sus amenazas. En el interior de la vivienda, comprobó que también se encontraba su compañera de piso, natural de Toral de los Guzmanes, que igualmente era agente en prácticas de la Policía Nacional. Intimidación feroz Ejerciendo una «feroz intimidación» hacia ambas jóvenes, según la fiscalía, el acusado las amordazó, las ató de tobillos, manos y cuello con prendas de ropa interior y posteriormente, ya con una cuerda de tender ropa, las ató en la cama de dos habitaciones distintas. Posteriormente, cuando ambas ya estaba atadas, se fue a la habitación donde se encontraba la segunda joven, la violó y posteriormente le clavó cuatro navajazos, que le provocaron la muerte. Acto seguido, según el fiscal, fue a la habitación donde tenía atada a su compañera y le clavó cinco navajazos que también acabaron con su vida. Una vez muerta, el acusado, según la fiscalía, actuó «con total desprecio hacia la dignidad del cadáver». Tras los dos asesinatos, el acusado registró el domicilio y robó una tarjeta de crédito y una bolsa de deportes de cada una de ellas. Posteriormente, intentó incendiar el piso, ya que prendió fuego a un sillón, a un sofá y a varios colchones y trató de alimentar las llamas lanzando también botellas de licor para favorecer la combustión. Inmediatamente después, hacia las 10.00 horas, se dio a la fuga cogiendo el metro hasta Barcelona, donde, ya por la noche, intentó sacar dinero de un cajero con la tarjeta de la víctima, lo que no pudo hacer porque no conocía la contraseña. Al día siguiente, hacia las seis de la mañana, trató de nuevo de sacar dinero, también sin éxito, y en vez de volver hacia el centro penitenciario -ya que había finalizado su permiso-, se fue con un amigo hacia Girona, donde finalmente fue detenido. Desde entonces permanece en prisión.

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