Los industriales ultiman una nueva oferta para salvar el matadero de León

El firme interés del colectivo de los industriales por hacerse con la gestión del matadero municipal, que el pasado martes cerró la Junta de Castilla y León, puede salvar la explotación de la inactividad. Los entradores estudian la forma jurídica más adecuada para constituir el consorcio desde el que aspiran a gestionar la industria cárnica (cooperativa, comunidad de bienes o sociedad limitada) y así acabar cuanto antes con el cúmulo de pérdidas que la incidencia del acta levantada por la Junta les está causando para sus negocios. En ese paso a convertirse en gestores de la industria, los profesionales han llegado a admitir la posibilidad de asumir los empleos de una docena de trabajadores, que el pasado miércoles eran una de las condiciones innegociables que les expuso la concejala de consumo para avanzar en la cesión del negocio. Otro ejemplo más de la disposición de los mayoristas para que la capital leonesa no pierda esta instalación industrial que supone un elemento clave para dar salida a la producción cárnica que generan los ganaderos leoneses. «Hemos decidido estudiar la posibilidad de asumir a los empleados que el ayuntamiento considera temporales, siempre que eso ayude a agilizar la operación», comentaron ayer representantes del colectivo, que confía en que las negociaciones con el ayuntamiento de León acaben de forma positiva para sus intereses. «Bueno, también son los intereses de todo el sector primario leonés que se sirve de una forma más o menos directa de la actividad que se puede realizar en el matadero sin el perjuicio de desplazarse a otras provincias para sacar adelante la actividad», reflexionaron. Aunque no todo es concesión en la postura negociadora del sector cárnico (comprometido a pagar los arreglos que permitan la reapertura o flexible a la hora de asumir coste laboral del centro): «Lo que queremos es celeridad, no podemos seguir así mucho tiempo», aclaran. El matadero leonés comienza a sentir en el tercer día de cierre las consecuencias del parón de la actividad. Asuntos administrativos en las oficinas, en los despachos; liquidación de existencias en las cámaras y almacenes frigoríficos, y salas de despiece donde está prohibido «hacer un cacho de carne», de acuerdo con la orden del candado.