El que quiera peces...

El caño del molino, por donde llegaba el agua que lo hacía funcionar, sirve desde hace unos veinte años de foso para divertimento de los vecinos de San Félix de la Valdería, en el municipio de Castrocalbón, y de otros pueblos de los alrededores. La caza de truchas se convierte en una de esas curiosas luchas entre el hombre y el animal en una localidad situada junto al río Eria, en el que, hace años, ejemplares de este pez se sacaban a mano en un importante cauce para la especie tanto en tiempos pasados como en la actualidad.

Alrededor de ochenta personas participaron el domingo en la pesca a mano. El canal del molino se divide en dos tramos, en los que concursan los menores de doce años en uno y los que superan esta edad en otro. Gana el que más truchas captura y su premio son los ejemplares logrados, si bien, a los pequeños participantes que no consiguen captura se les entrega un ejemplar.

Para una buena cena. Y lo cierto es que algunos consiguieron pesca no sólo para la cena del domingo, sino, también, para invitar a sus amigos. El ganador obtuvo dieciocho capturas, una más que el segundo clasificado. El tercer premio fue compartido, con quince ejemplares.

El campeón fue Asier González, de Pinilla de la Valdería (Castrocontrigo), que tuvo a Óscar Rabanero, de Castrocalbón, a un digno rival. Pablo Campo y Pablo Zamora compartieron tercera plaza. En la categoría infantil, Sergio Bremis fue el primer clasificado.

Para este concurso fue necesario la suelta de quinientas truchas. Y no sobró ninguna:las que se salvaron de la voracidad de los concursantes se utilizaron para elaborar una sopa de trucha para los asistentes.