«Esto no es Marbella; yo no me he enriquecido, más bien he perdido dinero»

Eloy José Rubio de Lamo, agricultor de 44 años de edad, es originario de La Unión de Campos, población vallisoletana situada a pocos kilómetros de Valderas, donde fue alcalde durante el último mandato. Rubio de Lamo se daba de baja del PP esta semana tras salir a la luz algunos documentos de su gestión, actualmente analizada por la Fiscalía Provincial en unas diligencias de investigación. Mientras sus compañeros de grupo no se lo pidan, no entregará el acta de concejal, un nuevo elemento de polémica que no queda claro al realizarse la entrevista días antes de su renuncia y no querer ampliarla.

—¿Dejó un agujero millonario?

—Me estoy enterando por ti. No tengo conocimiento fehaciente de una convocatoria del fiscal o que se haya enviado ningún tipo de documentación. Si lo tuviera ya estaría actuando con letrados, dentro de lo que el derecho permite. Son acusaciones muy graves y hay que demostrarlas. Yo digo que no hay ningún desfalco de nada. A ver dónde están esas cantidades, porque no creo que el dinero desaparezca. Lo que hay en el Ayuntamiento de Valderas son cantidades pendientes de pago a proveedores, amortizaciones de créditos que no eran míos, sino del anterior mandato, y hay unos gastos corrientes que hay que hacer frente. Si a eso lo llaman agujero...

—Pero hay docomentos que constatan que las instituciones reclaman parte de las subvenciones entregadas.

—Ojo, sigo diciendo que primero se informen de las cosas. Vamos a ver. Casi todas las obras que yo comencé están paralizadas desde el mes de junio. Lo que sé es que había contrataciones con el Ecyl específicas para restauración y se han estado utilizando estas personas para barrer calles, lo que incumple las bases de la convocatoria por la que se dio la ayuda.

—Pero es que el Ayuntamiento tiene las cuentas a cero. ¿Por qué no las fiscalizó durante sus cuatro años de gobierno?

—Soy el presidente de la Comisión de Cuentas y hay muchos ayuntamientos que se demoran en la entrega de las cuentas. Sólo puedo decir que en el 2007 y el 2008, el Ayuntamiento tenía un secretario interventor, ahora mismo pendiente de juicio oral. El proceso está cerrado y pendiente de la composición del jurado popular. Entre otras cosas, hay falsificaciones de facturas, apropiación de dinero y falsificación de talones.

—¿Y qué quiere decir con eso? Porque son las mismas acusaciones que hay contra usted.

—Curiosamente. Pero hay una diferencia: yo tuve que recabar pruebas, ir al juzgado y presentarlas. Admitieron la demanda a trámite y hay un proceso de instrucción de más de dos años, donde se ha dado oportunidad a proveedores, imputados y a todos de demostrar lo que tuvieran que demostrar.

—¿Fue consciente en algún momento de que el Ayuntamiento podía acabar como ha acabado?

—El nivel de endeudamiento respecto al presupuesto está en el 15-17%, incluyendo hasta el último céntimo. El porcentual de ejecución del presupuesto está al 60%, más o menos. Ahora que me diga a mí cualquier ayuntamiento de Castilla y León si no gozamos de buena salud financiera.

—Hablar de «salud financiera» cuando han cortado el suministro eléctrico porque no hay dinero para pagar...

—Hay un problema de liquidez, pero ya pasaba conmigo. Cuando tomé posesión había deudas atrasadas y proveedores pendientes de pago. Y se buscó el dinero y se pagó. No se puede presentar una candidatura en un ayuntamiento para jorobar al anterior por motivos personales.

—¿Eso es lo que cree que está pasando?

—Me sorprende terriblemente todo esto porque la actual alcaldesa era la que llevaba la contabilidad del ayuntamiento.

—¿Se ha enriquecido personalmente durante su mandato?

—Al contrario, a mí me ha costado mucho dinero. De hecho, yo no cobraba ni una peseta en sueldo. Soy agricultor y he desatendido mi negocio. Dejé de hacer las labores a su debido tiempo y he perdido muchísimo dinero. Me dedicaba doce horas diarias al ayuntamiento, 365 días al año. Y eso lo puede decir cualquiera en Valderas. Hacía muchos kilómetros y visitaba a muchos políticos, del color que fueran porque había que buscar ayudas y hacer las cosas.

—¿Es por eso el gasto en comidas por un valor conjunto de 54.000 euros?

—Las comidas no eran de cuatro amigos. Todos esos gastos están justificados.

—¿Puede explicar que existan dos facturas en un restaurante griego de Valladolid de diferentes cuantías, pasadas con la tarjeta de crédito en el intervalo de un minuto?

—No lo sé ahora mismo. Que he estado con directores generales comiendo ahí, y con algún consejero, sí, es verdad. Al fin y al cabo son gastos justificados.

—Efectivamente, pero hablando de un ayuntamiento que iba camino de la bancarrota...

—Bancarrota, ¿por qué? Porque cuando yo era alcalde se pagaba a los proveedores. Se llegaba a acuerdos de pago y se iba ejecutando la obra, porque había voluntad. Ahora van los proveedores a cobrar las facturas y se las tienen que llevar hasta cinco veces.

—Los foros de Internet no dicen que usted fuera precisamente un buen alcalde.

—Una persona puede ponerse cuatro o 50 nicks y hablar entre él perfectamente. Es gratis y en donde de forma anónima se expresan opiniones que de otra manera no podemos expresar. Hace tres años presenté una demanda. La Policía Judicial ha estado investigando. Por conocimiento sé que una persona está imputada y otras dos prestaron declaración, pero no sé su situación. Lo bueno que tiene esto es que se saben las ip, los apellidos y las direcciones postales. Y de momento ya tengo tres apellidos.

—Por cambiar de asunto, el Ministerio de Industria está reclamando 150.000 euros porque dice que el polígono industrial no está certificado.

—Primero, que miren la obra ejecutada, que se finalizó. Segundo, que hablen con el ministerio y aporten todo lo pertinente. ¿Dónde está invertido todo eso? Que miren las facturas porque todo está invertido.

—¿Y dónde están los 38.000 euros que adelantaron los vecinos para nichos y panteones que no se han construido?

—Me puedo haber equivocado en decisiones como cualquier gestor, pero de ahí a que haya buscado lucro personal... Lo explico. Quien quiso reservar, pagó el 50% en Caixa Galicia. Ahí está. Otra cosa es decir dónde está ese dinero. Pues que vayan a Caixa Galicia y les digan dónde fue a parar, es muy fácil.

—¿Pero dónde está el dinero? ¿Usted lo sabe?

—Sí. A pagar deuda de la Seguridad Social y a alguna nómina, eso fijo. A mí me asombra soberanamente todo esto. En todos los ayuntamientos hay problemas de liquidez, de endeudamiento. Por eso no entiendo esta desproporción mediática. Esto no es Marbella. Si trabajas doce horas diarias, pues todos los gastos inherentes a la repesentación municipal se pasan al ayuntamiento; para eso está presupuestado.