Diario de León

Los osos pardos causaron 152.000 euros en daños a colmenares de León y Palencia el año pasado

La Junta y la Fundación Oso Pardo editan un manual de caza para fomentar la conservación de este animal y su compatibilidad con la actividad cinegética

Una de las colmenas atacada por los osos

Una de las colmenas atacada por los osos

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Ical

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Los osos pardos causaron el año pasado daños en colmenares de las provincias de León y Palencia por valor de algo más de 152.000 euros, casi el doble que el año anterior, según explicó hoy

el director general de Medio Natural de la Junta, José Ángel Arranz, quien indicó que estos ataques siguen siendo «uno de los mayores conflictos» entre las actividades humanas y la conservación de los osos, pero recalcó que que «están bastante acotados».

Al respecto, explicó que el importante incremento de las cuantías abonadas por la Administración autonómica a los apicultores afectados no se debe sólo a que aumentaran los daños, con un

total de 283 ataques (219 en León y el resto en Palencia) que dañaron a 1.000 colmenas, porque los osos encuentran menos colmenas silvestres, sino también a que en 2012 se incrementó la indemnización económica. Además, apuntó que en los últimos años ha habido «un avance significativo» en el sistemas de control y que además se modificó el sistema de pago para que los afectados cobrarán sus indemnizaciones en «un tiempo muy breve».

Arranz expuso estos datos durante la presentación en el PRAE de Valladolid del ‘Manual de caza en zonas oseras de Castilla y León’, elaborado de forma conjunta entre la Junta y la Fundación Oso Pardo, y que busca «educar y sensibilizar sobre la protección del patrimonio y el espacio natural, y compatibilizar la conservación del oso con la actividad cinegética», según indicó el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, quien recalcó que «la actividad humana y la protección de la naturaleza no son intereses contrapuestos», sino «perfectamente compatibles».

Silván explicó que se han editado 4.000 ejemplares de este manual, que está dirigido en especial a los cazadores, pero también a la población que vive en las zonas oseras y a las personas que las visitan por ocio, para que sepan «cómo detectar y actuar ante la presencia de un oso pardo, una de las especies más emblemáticas de la Cordillera Cantábrica y que ha sido una de las más amenazadas».

«Todos tenemos la obligación de conservarla y recuperarla», recalcó el consejero, quien destacó que cuando la Junta puso en marcha en 1990 el Plan de Recuperación del Oso Pardo apenas había en la Comunidad un centenar de ejemplares (entre 50 y 65 en la zona occidental y entre 20 y 25 en la oriental), y que ahora mismo, gracias a las actuaciones de conservación, control, seguimiento, investigación, educación y divulgación, se ha conseguido frenar la tendencia regresiva e incrementar la población hasta al menos 200 animales (entre 160 y 180 en la población occidental y unos 30 ejemplares en la oriental).

Por su parte, el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, aseguró que en la actualidad estos animales están en «un momento dulce» no sólo por el incremento de ejemplares que ha habido en los últimos años, sino porque las perspectivas son que sigan creciendo gracias a la gran producción de bellota que hay este año en la Cordillera Cantábrica y al invierno suave, que se pueden traducir en «muchos oseznos la primavera que viene». Además, destacó que «va mejorando la salud genética» de los animales porque empieza a haber intercambio entre las poblaciones occidental y oriental, superando así los «problemas de consanguinidad».

Respecto al manual de caza presentado hoy,  Palomero aseguró que la actividad cinegética es perfectamente compatible con la conservación del oso y que además es fundamental para controlar el número de jabalíes que hay en esas zonas ya que una alta densidad de estos animales perjudica tanto a los ganaderos como a los propios osos.

En cuanto a su contenido, detalló que ofrece una pequeña información sobre los aspectos básicos del oso pardo y explica «cómo hay que que cazar en las zonas oseras», incidiendo sobre todo en «qué hacer cuando un oso sale al puesto de caza y cuando se pone en el punto de mira del cazador».

Sobre esta última cuestión, apuntó que es «muy fácil confundir entre la maleza a un jabalí y a un oso», por lo que reclamó a los cazadores que sólo disparen «a pieza vista, no al bulto».

En esta misma cuestión también incidió el responsable de Caza Mayor de la Federación de Caza de Castilla y León, Javier Prieto, quien hizo hincapié en que «no se debe disparar a una pieza hasta que está totalmente identificada porque puede ser un oso o un ser humano». Además, afirmó que los cazadores son «los primeros interesados» en la conservación de esta especie y recordó que llevan «muchos años» colaborando con la Fundación Oso Pardo y con la Junta en esta materia.

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