Junta y CHD restaurarán hasta el 2017 418.000 hectáreas de lagunas y riberas

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente, el Gobierno central, a través de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), y la Unión Europea, destinarán 2,7 millones de euros hasta el año 2017 para el desarrollo del Programa Life, continuación de otros anteriores, que prevé gestionar y realizar un seguimiento de las zonas húmedas y riberas mediterráneas de la comunidad incluidas en 60 espacios protegidos de la Red Natura 2000. En total, se actuará en más de 418.000 hectáreas que beneficiará a las aguas de los ríos de la cuenca, así como a su entorno. En León, se actuará en las lagunas de los Oteros y en las riberas del Esla, el Cea, el Órbigo y el Sil, además de sus afluentes.

Así lo pusieron de manifiesto durante la presentación de la iniciativa en el Prae de Valladolid el titular de la Consejería, Antonio Silván, y el presidente del organismo de Cuenca, José Valín, quienes destacaron la colaboración institucional y los objetivos del proyecto: conservar, proteger y recuperar humedales y las riberas de los ríos, además de gestionar la flora y la fauna.

«Se trata de nuestras raíces, porque España es la joya natural de Europa, y Castilla y León lo es de España, fuente de vida y desarrollo natural y económico», subrayó el consejero, quien añadió que la riqueza natural es uno de los principales atractivos, por lo que existe la obligación de conservarla y recuperarla. El 46,7 por ciento de los 2,7 millones del Programa Life será financiado por la Unión Europea y el resto, a partes iguales, por los gobiernos central y autonómico.

 

Planes de gestión

De momento, la iniciativa se traduce en la elaboración de planes de gestión participados con las partes afectadas, por lo que se consultará la opinión de los regantes, turistas, conservacionistas y usurarios del agua, para que «puedan intervenir en un proceso participado», según explicó el director general del Medio Natural, José Ángel Arranz, quien destacó que el Life es una «ventaja» precisamente por establecer planes de gestión y conservación en estás áreas, «sin ellos habría dificultades».

También se tendrá en cuenta los LIC y ZEPA fluviales y humedales en Castilla y León, dentro de una red de áreas protegidas para conocer qué se puede hacer en cada una de ellas y si las actuaciones son compatibles con el medio natural, como puede suceder con la acción recreativa.

A continuación, un sistema de seguimiento con parámetros de conservación de los ecosistemas se encargará del desarrollo del proyecto, que no se quedará únicamente en las masas de agua, sino que se extenderá a las propias riberas, incluida la fauna.

Más concretamente, se prevé llevar a cabo trabajos en hábitats ligadas a LIC (Lugares de Importancia Comunitaria) y Zepas (Zona Especial de Protección de Aves), de forma coordinada entre las administraciones con competencias en la planificación y gestión del agua y de los espacios naturales y instituciones, organismos y asociaciones de protección de la naturaleza y el medio ambiente que colaboran en el programa, integrando en los procesos de planificación a todos los sectores sociales implicados y vinculados al medio acuático.

 

Intercambios

Otra de las características relevantes, según expuso Silván, es que la UE ha elegido este proyecto «como modelo en la gestión de humedales y riberas» para otras comunidades y otros estados europeos. Ayer se constituyó el Comité de Gestión del Proyecto, en la que están representados la Junta, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), la CHD, y las confederaciones hidrográficas del Tajo, Ebro y Miño-Sil.

Entre todos, se establecerán intercambios de experiencias. Además, se pretende integrar la Red Natura 2000 en el área de seguimiento de la CHD sobre cantidad y calidad de agua con el fin de favorecer el acceso al público. Esta particularidad, argumentó Antonio Silván, posibilitaría evitar vertidos incontrolados en los cauces de los ríos y un mayor «respecto» por el medio ambiente y compromiso con el agua y su entorno.