Los caballeros miden sus fuerzas

Doncellas ataviadas con largos vestidos de terciopelo y caballeros con espadas y escudos se mezclaron ayer junto a monjes, arqueros y campesinos, entre las calles de Hospital de Órbigo convirtiendo la localidad en un auténtico pueblo del medievo. Aunque desde primera hora de la mañana el ambiente festivo se dejó notar con el concurso de fotografía y la apertura del mercado, fueron las actividades de la tarde las que mayor afluencia de turistas congregaron.

Con el puente de fondo, y un gran público a su alrededor, el cortejo de la villa comenzó a llegar pasadas las 18.30 horas al viaducto para dar la bienvenida, a la vez que su apoyo, a Don Suero de Quiñones. Allí, con real beneplácito, el noble leonés retó a cuantos caballeros osaron atravesar este paso y comenzó una batalla, que hoy continuará demostrando su destreza y valor.

La grada del Palenque, a donde estaba garantizado el acceso al ir vestido de época, se convirtió en el gran aliado de Quiñones, desde donde se podían oír los gritos de ánimo hacia el caballero.

Junto a la batalla, los juegos medievales, los bailes de las damas del Passo Honroso y otras artes de caballería, se convirtieron en protagonistas de la tarde, que ocuparon gran parte del programa.

Fin de fiesta

Una cena medieval, a las 21.30 horas, sirvió a los vecinos y visitantes para coger fuerzas y continuar con la fiesta que llegó a su fin, pasada la una de la madrugada, tras la procesión de antorchas, la hoguera, el espectáculo de fuego y el concierto de música celta .

Durante la jornada de hoy, día grande, tendrán lugar las Justas Medievales.